Los casos de Covid-19 se incrementan en Tungurahua y el país, pero la gente continúa irrespetando normas básicas de bioseguridad como los distanciamientos, no solo en las calles, sino también en reuniones que se desarrollan en iglesias de zonas urbanas y rurales.
De acuerdo con las estadísticas del ECU 911 en varias provincias sobrepasan el promedio de 30 denuncias diarias debido a aglomeraciones.
“A pesar de que hay disposiciones de las autoridades la gente simplemente no hace caso”, manifiesta Valeria, una vecina de Huachi Grande, quien asegura que cerca de su casa hay una iglesia que no ha parado de reunirse a pesar de la pandemia.
Para la moradora, si bien es importante mantener la fe, la esperanza y la devoción, no se debería exponer a las familias a un posible contagio. “El riesgo de contagiarse es muy alto y lo peor es que no hay ni medidas de bioseguridad”, dijo Valeria, al mencionar que incluso son sitios que no son aptos para albergar a un número alto de personas, pero lo hacen.
Lugares inseguros
Uno de esos espacios también se encuentra en el sector de Picaihua, donde en una casa particular se destinó un local como iglesia y aunque el aforo normal es de 40 personas y con pandemia se debería tener menos del 30%, es decir máximo 12 personas, esto no se respeta.
“Yo asisto a esta iglesia y si llegan más personas de lo permitido, pero hasta ahora no ha pasado nada, creo, porque todos los hermanos dicen estar bien”, comentó una de las vecinas.
Según explicó la invitación se hace personalmente o siempre hay familias que llevan más personas.
Una mujer, quien prefirió guardar su nombre en reserva, y que asiste a un templo cristiano, manifestó que en este lugar se realizan cultos los sábados y domingos sin tomar en cuenta ninguna medida que prevenga el contagio de coronavirus.
Esta persona afirmó que las actividades religiosas se realizan en un lugar cerrado, sin ventilación, sin respetar el aforo y sin exigir el uso de mascarillas.
Según esta mujer su esposo se contagió de covid y sospecha que fue en este lugar.
En los sectores rurales del centro del país la situación es similar, cientos de personas se reúnen en cultos sin respetar la distancia social y la mayoría no usan mascarilla, tornándose en un foco apropiado para el contagio masivo de coronavirus.
Disposiciones
Desde el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional se dispuso el retorno a las iglesias de forma paulatina y por fases.
La primera fase comprende los cantones y provincias con semáforo rojo y amarillo, y los horarios estarán ligados a las restricciones de movilidad de cada cantón.
Según estas disposiciones también se estableció que solo se podrá orar por un máximo de 15 minutos dentro del templo y lugares de reunión.
Los templos podrán albergar a personas respetando el distanciamiento social ubicándose cada una a dos metros, con un aforo máximo de 30%.
Además, el pastor principal, obispo o sacerdote celebrarán el culto sin coros ni otras presencias, salvo uno quien le ayude en caso de ser necesario y serán ellos quienes controlen que no se generen aglomeraciones.
El padre Fabricio Dávila, responsable de comunicación de la Diócesis de Ambato, manifestó que en efecto el control y la responsabilidad recae en los dirigentes de los templos, al menos así se establece desde las autoridades, por ejemplo, en la Diócesis de Ambato se realizó un plan para la apertura, el mismo que fue sometido a una comisión técnica de bioseguridad y luego de una inspección se entregó a cada uno de los párrocos un oficio de aprobación, donde claramente se establece que el párroco es el responsable. (FCT)