Hipertensión, enfermedad que también se presenta en los perros

La toma de la presión de las mascotas requiere de equipamiento especial.
Atención. La toma de la presión de las mascotas requiere de equipamiento especial.

Actualmente es común que las personas cuiden de sus mascotas con mucha más atención que antes, sobre todo en lo referente a su salud y en prevenir enfermedades.

Por ello los médicos veterinarios cada vez hacen más recomendaciones para que las mascotas tengan una mejor calidad de vida.

Uno de los temas que, para el veterinario Diego Barrera, director de la Clínica Veterinaria SAP, deben tomarse en cuenta por parte de los dueños de las mascotas es la hipertensión o tensión arterial alta en perros, pues esta generalmente es desencadenada por otro tipo de enfermedad, como la diabetes o el hipertiroidismo.

Los perros de avanzada edad, que están con sobrepeso u obesos, y que padecen algún tipo de enfermedad de carácter endocrino son los de mayor riesgo para padecer tensión arterial alta.

Afectaciones

“La hipertensión canina habitualmente está derivada de una patología secundaria o causada por otra enfermedad”, puntualizó Barrera.

La hipertensión en perros y gatos, con el tiempo puede causar daños en los riñones, ojos, el cerebro, el corazón y vasos sanguíneos.

En los ojos puede provocar retinopatía, hemorragia o edema de retina, glaucoma secundario, degeneración retiniana, desprendimiento de la retina y ceguera.

Los problemas renales pueden ser proteinuria persistente, incremento de la creatinina, entre otras que desenlazarían en una deficiencia renal crónica.

En el sistema cardiovascular la mascota puede padecer una hipertrofia del ventrículo izquierdo, arritmias y aunque no tan común también puede padecer influencia cardíaca congestiva y aneurisma de la aorta.

Mientras que en el sistema nervioso central puede causar una encefalopatía, un accidente vascular, entre otros.

Barrera explicó que todas estas enfermedades son crónico-degenerativas que van en detrimento de la calidad de vida de la mascota y en caso de no ser tratada a tiempo pueden llegar a provocar la muerte del paciente.

Adicionalmente, en algunos casos se puede presentar sangre en la orina, desorientación, pérdida de coordinación, sed desmedida, convulsiones y poca resistencia al ejercicio.

¿Qué  hacer?

“Nuestras mascotas necesitan cuidados permanentes y las visitas al médico deben ser regulares para detectar a tiempo esta u otras enfermedades para que se pueda seguir un tratamiento adecuado”, sostuvo Barrera.

Dijo que para detectar la presión elevada en un perro o gato, deben hacerse como mínimo siete tomas. De estas se descartan la más elevada y la más baja, y es entre las cinco restantes que se hace el promedio del nivel de presión arterial de la mascota.

“Para esto se requiere de equipo especializado que permita tener valores exactos para determinar si nuestro perro o gato tiene problemas de presión”, dijo el veterinario.

Añadió que es necesario hacer una medición adecuada de acuerdo a la raza, edad, peso y tamaño del perro, pues aunque existen valores estándares de presión arterial estos pueden variar dependiendo de los factores antes mencionados.

Barrera explicó que para tratar la hipertensión en la mascota se debe ir a su punto de origen para que el tratamiento sea adecuado. Es decir que si este problema es derivado de la diabetes es esencial que ambas patologías sean tratadas para mejorar la salud del perro o gato.

Para finalizar enfatizó que es indispensable que las mascotas realicen ejercicio constantemente, deben hacerse un chequeo médico por lo menos una vez al año con el veterinario, y tienen que mantener una dieta equilibrada y balanceada, de conformidad a su edad, para que tenga una vida saludable y plena. (NVP)

Los cuidados

Gabriela Zúñiga tiene un bulldog de siete años y hace siete meses le detectaron hipertensión

‘Lalo’, como se llama su mascota, desde antes de la pandemia se rehusaba a hacer ejercicio y se cansaba demasiado rápido, por eso lo llevó al veterinario y le dijeron que podía ser por el sobrepeso.

“No nos quedamos conformes con eso y lo llevamos a otro médico y este nos dijo que ‘Lalo’ estaba en los límites para ser diabético y estaba hipertenso, nos preocupamos pero ahora está mucho mejor», cuenta Gabriela.

Ella asegura que una vez detectadas las dos enfermedades el cuidado ha sido mejor y ella junto a sus dos hijos y su esposo se vieron en la necesidad de hacer un cambio de estilo de vida.

“Todos hacemos ejercicios por lo menos tres veces por semana, nos hidratamos mejor y a ‘Lalo’ le ayudamos a bajar de peso y con el medicamento está revitalizado y sigue siendo nuestro amigo de siempre”, dice la mujer.

La Clínica Veterinaria SNAP se encuentra en
la avenida José Jácome Clavijo y Marcos Montalvo al sur de Ambato. 
Para contactos puede comunicarse al 09 60 70 27 24 
o mediante la web http://www.snap.ec/.
La hipertensión canina afecta al 10% de los perros de edad avanzada.