‘Guachito’, 84 años sin una identidad

‘Guachito’ a sus 84 años tuvo apellido, fecha de cumpleaños y una cédula.
IDENTIDAD. ‘Guachito’ a sus 84 años tuvo apellido, fecha de cumpleaños y una cédula.

A los 84 años de ‘Guachito’ por primera vez en su vida tiene una fecha para festejar su cumpleaños, apellidos y nombres, y hasta una cédula.

Aunque esto es normal para todas las personas, para ‘Guachito’ no fue así, ya que nunca tuvo una identidad al punto de que sus huellas dactilares no fueron encontradas en el Registro Civil.

Guachito’ ahora tiene un nombre: José Washintong Vincho Tisalema. Se sabe que por años vivió en la parroquia Urbina de Píllaro como jornalero, pero nadie sabía su verdadero nombre, pues tampoco tiene familiares.

Una identidad por casualidad

Guachito’ está asilado en el centro Señor de los Remedios, de Píllaro, llegó hace poco más de un año gracias a la caridad de personas que antes le dieron de comer y un lugar para vivir, pero ante su condición necesitaba cuidados especiales que solo aquí le podían dar.

Una afección en su salud hizo que se conociera este caso, pues al levantar la historia clínica, las autoridades del Departamento de Desarrollo Social del Municipio de Píllaro se percataron que no tenía una identidad.

 

TOME NOTA
El artículo 45 de la Constitución garantiza que las niñas, niños y 
adolescentes tienen derecho a la integridad física y psíquica y a 
su identidad, nombre y ciudadanía.

 

Empezaron a investigar y efectivamente, su nacimiento no constaba en ningún lado, por lo que junto con la Defensoría del Pueblo se gestionaron los trámites y mediante una sentencia ejecutoriada desde hace un mes tiene cédula.

El día que tuvo sus apellidos fue gracias a dos personas que quisieron dárselos como una muestra de humanidad.

 

Un ciudadano formado de recuerdos

Guachito’ a momentos cuenta lo que recuerda cuando era joven o tal vez niño, él habla de una hacienda, de que lo abandonaron cuando ya no les era útil, inclusive que muchas veces no le pagaban.

Tampoco sabe su edad exacta, por lo que tuvieron que hacerle un examen médico para calcular cuantos años tiene de acuerdo a sus características biológicas.

Con voz pausada cuenta sus experiencias en un terreno, mientras mueve sus manos de forma ansiosa, pues siempre estuvo activo, y ahora tampoco puede estar quieto, dice que tiene que trabajar.

En el centro es una persona colaboradora, sociable y quiere estar siempre ocupado, él no piensa en otra cosa que en trabajar.

 

EL DATO
Los apellidos que se le otorga a una persona son por colaboración 
de quien se los quiera ceder o por las características del lugar 
en donde se la encontró.

 

Por estos antecedentes el psicólogo del centro gerontológico cree que ‘Guachito’ fue un jornalero que siempre trabajó en la agricultura y por eso no puede estar sin hacer algo.

Para María Soledad Yánez, directora del departamento de Desarrollo Social, darle identidad a una persona es devolverle la vida, pues por lo general sucede en personas expuestas a extrema pobreza que acarrean problemas sociales, de salud, educación y sufrimiento.

El defensor del Pueblo, Juan José Simón, dijo que este trabajo es arduo, pues al momento se registran otros dos casos donde las personas no tienen identidad y se necesita conocer todos los antecedentes para llegar al núcleo familiar en caso de tenerlo.

Simón mencionó que estas situaciones también se presentan en personas que tienen algún tipo de discapacidad y antes eran escondidas por sus familias por vergüenza.

Y aún con la modernidad y hasta la ventaja tecnológica es difícil detectar situaciones como esta que ponen en riesgo a las personas que desde su nacimiento son invisibles para el Estado al no tener una identidad, aclaró. (CNS)