Atrás quedó la bonanza de vivir de la fruticultura, el cambio climático, la sequía y las heladas hicieron que los campos ya no sean lo de antaño.

Algunos optaron por vender los terrenos como Clementina Miniguano, que tenía huertos en Huachi y se los vendió a una constructora para complejos habitacionales.

Varios fruticultores migraron a otras ciudades y países en busca de una economía sostenible. Janeth Morán de Atahualpa viajó a España para mejorar la calidad de vida de sus hijos dejando atrás sus huertos.

La otra cara de la moneda

A pesar de las difíciles condiciones, también están los que se quedaron, como Diana Flores y su esposo Fernando Barona quienes a sus 23 y 26 años decidieron emprender con lo que les da el terreno.

La iniciativa surgió de Diana quien estudió la técnica de deshidratación de las frutas en 2018 e inició con su propia marca para luego ser apoyada por su cónyuge.

Ahora aprovechan la fruta como durazno, pera y claudia para este proceso.

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Ellos dicen que lo hicieran con más frutos como mirabel, o membrillo, pero ya estos frutos se perdieron y no cubren la producción que se necesita para ser ofertados en el mercado.

Aunque deshidratan todo tipo de frutas, este año la sequía no les permitió hacerlo con las frutas ambateñas en gran proporción debido a la sequía.

Cristian Pérez es otro emprendedor, que tomó esta opción como un ingreso económico familiar un poco antes de la pandemia.

En su proceso de deshidratación trabaja con pera ambateña, en todas sus variedades, pero la producción dejó de ser la misma desde el confinamiento lo que ha estancado su emprendimiento, sin embargo, sigue su labor con frutas como fresas, piñas, kiwis y manzanas.

Técnica novedosa y sana

Para los expertos como Ricardo Vela la deshidratación es muy antigua, utilizada durante décadas para la conservación de los alimentos de una manera saludable.

Se trata de un proceso en el cual se logra eliminar la totalidad del agua de un alimento o fruta mediante el calor, sin alterar los nutrientes, vitaminas y minerales de los mismos, concentrando su sabor.

Según el especialista la deshidratación de frutas o alimentos tiene alternativas gastronómicas utilizadas para postres, tés o en platos de sal para dar dulzor y color a un plato de carne.

Ventajas

Uno de los beneficios es la conservación de los alimentos y frutas, que pueden durar meses e incluso años, manteniendo las propiedades nutricionales intactas.

Asimismo, la deshidratación da un ahorro de espacio en la cocina y, lo más importante, es una forma perfecta de evitar el desperdicio de alimentos, ya que una vez deshidratados son menos desechables. (CNS)

El DATO
Estas frutas deshidratadas se venden a partir de un 
dólar y vienen empacadas en envase hermético.