Para 2022, nueve parroquias rurales de Ambato extendieron su área urbana como parte del Plan de Uso y Gestión del Suelo aprobado por el Municipio.
Esta medida entrará en vigencia una vez que se suba al Registro Oficial, lo que está anunciado para febrero de este año.
Juan Benigno Vela, Santa Rosa, San Fernando, Pasa, Ambatillo, Unamuncho, Picaihua, Totoras y Montalvo son las parroquias que tienen esta modificación.
La propuesta original preveía una reducción de límites para tres cabeceras parroquiales; sin embargo, se decidió que Izamba, Constantino Fernández y Huachi Grande mantengan sus actuales límites urbanos.
CIFFRA: 30% De la población de Tungurahua estaría dedicada al agro.
Impacto
Segundo Moreta, tiene 72 años y lo que antes eran cultivos en los alrededores del centro de Pasa ahora se han convertido en viviendas, canchas y hasta calles que reducen la actividad agrícola en la parroquia.
Lo mismo pasa en sitios como Montalvo donde cada vez más hay menos huertos y más casas, muchas de las cabezas familiares emigraron y otros vendieron sus terrenos productivos en el campo.
A decir del experto en ambiente Diego Cisneros ampliar el área urbana en la zona rural influye tanto en la producción agrícola como ambiental.
El experto dice que urbanizar más áreas repercute en el paisaje, la soberanía alimentaria pues se compromete, zonas de agricultura, ecológicas por las funciones ecosistémicas que estas cumplen.
“Urbanizar el campo altera lo que históricamente significa en la zona rural, la producción agrícola y si se compromete zonas de conservación tiene un impacto”, dijo Cisneros.
Desde el Municipio
Diana Orellana, jefa de Ordenamiento Territorial del Municipio, explicó que los beneficios de ampliar el área urbana dentro de una cabecera parroquial rural trae múltiples permite acceder a más obras, también un metraje más accesible para construir y fragmentar los terrenos.
La funcionaria mencionó que se tomó en cuenta cada realidad por extensión, patrimonio y otras características para determinar las áreas.
Además, insistió que estas parroquias están por debajo de los 3 mil 300 metros de altitud, donde empieza la frontera agrícola lo que no incide en la soberanía alimentaria.
Representante parroquial
Para Jaime Pacha, presidente parroquial de Pasa, esta extensión de área promete varias acciones a realizar, sin embargo, ha insistido a las autoridades en que se establezcan claramente algunas normativas para no alterar el entorno patrimonial de la parroquia.
Todos los cambios que implican ser urbano dentro de una parroquia rural se verán a partir de febrero de este año.
Sin embargo, las autoridades aseguran que socializarán con las familias para que conozcan sobre lo que deben y no hacer dentro de esta extensión urbana. (CNS)
Normativa
En el contexto de la ley sobre la soberanía alimentaria, la Constitución reconoce, por primera vez en la historia, el derecho humano a la alimentación adecuada como algo fundamental (artículo 13), y define la soberanía alimentaria como un objetivo estratégico y una obligación del Estado (artículo 282).
La normativa constitucional se inspira en un enfoque radical de la soberanía alimentaria, en el sentido de que va a las raíces de la inseguridad alimentaria y ordena el fomento de las agriculturas campesinas, de los recolectores, de la pesca artesanal, de la agroecología y de la biodiversidad por medio del acceso a la tierra (artículo 282), al crédito, a la capacitación, y al mercado, incluyendo las compras públicas (artículo 288).
Datos agricultura
Hasta 2021, Edison Cobo, director provincial del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) manifestó que el dato preliminar que se tiene es que aproximadamente el 30% de la población de la provincia está dedicada al agro, aunque no se cuenta con un catastro real.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Agricultura Familiar Campesina (AFC) representa el 84,5% de las Unidades de Producción Agrícola (UPAs).
Tiene una concentración de 20% de la tierra, cuenta con 37% del agua para riego y se dedica principalmente a la producción para la satisfacción de las necesidades básicas.
Más del 64% de la producción agrícola nacional está en manos de pequeños productores de la zona rural. La mayoría de los alimentos consumidos en el Ecuador provienen de la AFC (60%).