Más estudiantes, víctimas de ‘bullying’ en colegios

Pocos casos se denuncian, pero es una realidad que se vive
Situación. Pocos casos se denuncian, pero es una realidad que se vive en las aulas.

Aún tiene recuerdos de los difíciles días que tuvo que pasar en los pasillos de su escuela. Para él, las situaciones que sorteó se convirtieron en su cotidianidad.

Los insultos, los sobrenombres e incluso los golpes fueron para Geovanny, de 13 años, una dura realidad que mantenía en secreto.

Aseguró que al ver que eran muchos los compañeros que eran tratados de la misma forma, pensó que era normal y que debía adaptarse, por lo que decidió mantenerlo en secreto.

No fue sino hasta que los golpes que recibió eran notorios en su rostro, cuando no le quedó más remedio que contar lo que sucedía a su madre.

La madre del adolescente optó por cambiarle de establecimiento educativo y desarrollar un largo proceso de terapia con psicólogos.

El caso de Geovanny no es aislado, puesto que de acuerdo a un estudio desarrollado por el mismo Ministerio de Educación con el apoyo de Visión Mundial y Unicef, al menos uno de cada cinco estudiantes ha sido víctima de ‘bullying’ o acoso escolar en Ecuador.

 

¿Qué es el ‘bullying’?

El ‘bullying’ o acoso escolar es cuando un niño o adolescente dice o hace cosas para hacerle daño intencionalmente a un compañero que tiene dificultades para defenderse.

Es un patrón de comportamiento agresivo que se da entre pares e implica acciones no deseadas, negativas y repetidas en el tiempo.

El ‘bullying’ implica un desequilibrio de poder o fuerza.

Existe un número cada vez mayor de estudios sobre el ‘bullying’ en la región de América Latina que demuestran que se trata de un problema crítico y serio a nivel individual, escolar y social.

De hecho, un estudio reciente  que midió la prevalencia del ‘bullying’ en la región y lo comparó con el resto del mundo, llegó a la conclusión que América Latina es la región con los niveles más altos de acoso escolar.

 

 

EL DATO
Según la guía del Ministerio de Educación para el abordaje del acoso escolar, 
el ‘bullying’ ocurre en las escuelas públicas y privadas, pero las formas más 
sofisticadas de acoso, humillación y exclusión predominan en las escuelas privadas.

 

Realidades

En muchos casos esta realidad obliga a los estudiantes a la deserción escolar e incluso a vivir situaciones complejas y drásticas desde el abandono del hogar para no ir a la institución educativa o incluso el intento de suicidio.

Así se dio a conocer a través de un parte policial que atendieron los uniformados en Píllaro, donde una niña por poco termina con su vida y la calificaron como un intento de suicidio, presuntamente debido a problemas de ‘bullying’.

En otro caso Marcelo P., padre de familia, no pudo creer que su hijo de apenas 14 años se fue de su casa sin dejar pistas.

El padre de familia aseguró que no existía razón que explique el por qué, por ello levantó la denuncia de su desaparición.

Tras dos días de trabajo policial, el adolescente fue localizado y aseguró que la causa fue porque no quería regresar al colegio, ya que tenía problemas con sus compañeros, es decir, sufría de acoso escolar.

Esmeralda S., madre de familia, quien continúa un proceso de terapia con su hija que sufrió bullying en la escuela y asegura que hoy entiende que es una problemática invisible que muchos padres no quieren ver.

“No sabía de qué se trataba el bullying, en mi época siempre existió este problema, lo creía normal pero ahora que lo vivió mi hija, vi de cerca todo el sufrimiento que se puede causar”, comentó.

 

Autoridad

Paulina Salazar, directora del Distrito de Educación Ambato, manifestó que se han presentado varios casos en diferentes sitios de la provincia.

Aseguró también que han sido tratados de acuerdo a los protocolos establecidos con los que cuenta el Ministerio de Educación, a través de los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE) que tiene cada una de las instituciones educativas.

A decir de la Directora Distrital se está desarrollando un fuerte trabajo de prevención a través de campañas, contención emocional y capacitación a la comunidad educativa, es decir, estudiantes, docentes, padres de familia y autoridades.

Salazar motivó a que tanto estudiantes, como padres de familia sean parte de la solución, a través de la denuncia formal. (FCT)

 

 

Análisis

Para la psicóloga Gisela Rodríguez, es importante partir del reconocimiento de que se trata de «un problema grave que se debe atender”.

Aseguró que el problema permanece oculto y que no se logra erradicar debido a que se cree que solamente es un problema de niños, al que se le resta importancia, porque se piensa que no tenía repercusiones y que se resuelve por sí mismo.

“La intervención tiene que ser inmediatamente al primer indicio, es más siempre se debe intervenir, puesto que puede estar sucediendo en el entorno, pero nadie lo detecta”, dijo. Al asegurar que se puede empezar modificando la estructura de la clase, juego de roles, entre otros.

Explicó que si se logra identificar a los alumnos implicados, se requiere un trabajo profundo, tanto con las víctimas como con los agresores.

«Hay que averiguar si las personas que están implicadas tienen algún tipo de dificultad adicional y les tenemos que ofrecer un apoyo complementario«, afirmó.

Rodríguez aseguró que el trabajo más fuerte debe estar enfocado a reducir el muro de silencio que se levanta en torno a quienes sufren acoso escolar.

 

 

¿Qué puedes hacer?

Observa atentamente, identifica los cambios de humor y de comportamiento en los niños.

Escucha y dialoga permanentemente. Los niños casi nunca mienten en estos temas. Es importante escuchar lo que ha vivido y cómo se sienten, sin juzgarle.

Mantener la calma, adoptar una actitud de comprensión y atención, transmitiendo seguridad y tranquilidad a los niños y adolescentes.

Reforzar el autoestima, motivar a los niños a reconocer sus capacidades, habilidades y el gran esfuerzo que ha hecho al haber pedido ayuda.

Comunica la situación a la escuela.

Mantén una buena comunicación basada en la confianza. Es importante recomendar a los niños que no responda a las agresiones, al contrario retirarse y acudir a alguna persona de confianza.