El 12 de noviembre de 1820 es la fecha en la que hoy se celebra la Independencia de Ambato, sin embargo, este día fue producto de un proceso de varios años que no terminó definitivamente con la ocupación española de la ciudad y provincia.
En 1698 un terremoto que arrasó con la ciudad quebró la economía local de aquel tiempo. Mientras que en 1797 se dio otro terremoto que empeora aún más la situación, además, de que se evidencia la poca importancia que la dan a la tragedia y la despreocupación de España para ayudar a la ciudad a sobreponerse.
Otro de los factores que hay que tomar en cuenta también es que los indígenas no eran oprimidos únicamente por los blancos y criollos, pues varios de quienes fueron nombrados como caciques y que pertencían a su mismo pueblo tomaron el rol de patrones, y en muchos casos verdugos.
Uno de estos casos sucedió en Chibuleo y está documentado en el ‘Cuaderno para historia indígena’ escrito por el cronista vitalicio de Ambato, Pedro Reino.
Aquí, Bonifacio Pilamunga, cacique principal de los chibuleos y tomabelas, trataba de obligar a que otro miembro de su comunidad siga cumpliendo la tarea de servidumbre en una de las haciendas del sector a pesar de haber quedado libre por un tiempo, debido a que cumplió sus servicios de esclavo dentro de las mitas.
Desastres naturales
Gerardo Nicola Garcés, historiador de la ciudad, comentó que a pesar de todas las circunstancias por las que atravesaba la región de Ambato, la corona española y sus representantes en el país no tuvieron consideraciones con los impuestos y tratos hacia la población.
Nicola aseguró que otro de los puntos que profundizaron los desacuerdos y el descontento de la población fueron los impuestos al alcohol, lo que comenzó a sentirse a partir de 1786.
“Llegar al 12 de noviembre en el caso de Ambato, Riobamba, Latacunga, Guaranda tiene como una motivación el mal manejo de la economía, en cambio desde Guayaquil y Quito, también era motivado por lo económico, pero también por lo político donde no se sabía si hacer una república independiente de España o un territorio que dependa del rey, pero mientras tanto España estaba invadida por Francia”, contó Nicola.
Ambato en el Primer Grito de Independencia
Una muestra de los planes independentistas que Ambato tenía se evidencia el 10 de agosto de 1809, donde desde la ciudad se apoya a los próceres que en Quito dieron el Primer Grito de Independencia.
En el siguiente texto se puede apreciar el civismo de aquella época y las palabras con las cuales Ambato se unió a esta gesta:
“En la Villa de San Juan de Ambato, a veintisiete de agosto de mil ochocientos nueve, hallándose en la iglesia matriz todos los cuerpos y restantes vecinos que se nominaban en el auto que lo mueve a excepción de Vicario Lisdo. Don José de Extrer, dijeron: que se conformaban con los principios que se habían adoptado en la muy noble y muy leal ciudad y corte de Quito para la creación de su Suprema Junta de Gobernativa interina”, reza el documento que fue emitido desde Ambato en apoyo al movimiento libertario.
Este es el primer intento que se produjo en Ambato y se encuentra documentando dentro de los libros de Gerardo Nicola López, cronista vitalicio de Ambato, en estos textos también se da cuenta de que esto fue un pronunciamiento de todo lo que hoy es la provincia de Tungurahua.
“El corregimiento de Ambato, con todos sus principales pueblos como Píllaro, Pelileo, Quero y Santa Rosa se pronunció contra España el mismo agosto de 1809. El clero parroquial de casi todos los pueblos de las actuales provincias de Tungurahua y León (Cotopaxi) tomó como causa propia la emancipación de la patria”.
Varios fueron los personajes de Tungurahua que en el Primer Grito de Independencia tomaron posición a favor de la causa libertaria, entre ellos se puede nombrar a Juan de Alarcón, cura de Quero, quien se fue en contra de sus superiores para mantener en el pueblo la idea de independencia.