Dormir bien tiene efectos protectores frente al covid

AYUDA. Las personas que duermen mejor tienen una esperanza de vida más larga.

EFE SALUD · El ser humano invierte, por término medio, un tercio de su vida en dormir. Aunque la necesidad de sueño varía en cada persona en función de la edad y otros factores, lo recomendable, por norma general, es dormir entre siete y ocho horas durante la noche.

Además, el sueño debería ser continuo y lo suficientemente profundo para ser reparador.

Para ello, los horarios tienen que ser regulares y estar alineados en el tiempo con otras funciones del organismo. Cuando esto es así, el sueño es de calidad y repercute positivamente en la salud y calidad de vida.

“Las personas que duermen mejor tienen una esperanza de vida más larga, suelen tener un menor índice de algunas enfermedades como son las de tipo endocrinológico, las cardiovasculares o las cerebrovasculares, y también una menor incidencia de algunos tipos de tumores”, explica el doctor Diego García Borreguero, coordinador de la Sociedad Española de Sueño (SES).

 

Repercusiones de dormir mal

Por el contrario, una mala calidad de sueño suele ir ligada a numerosos problemas de salud, así como un mayor riesgo de desarrollar diversas enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades vasculares, cambios metabólicos o determinados tipos de cáncer.

Además, según explica la doctora Ana Fernández Arcos, Coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), “se ha demostrado que la reducción de la duración del sueño causa, a corto plazo, deterioro en la función cognitiva y ejecutiva”.

“A largo plazo, la falta de sueño se ha asociado a una mala salud cerebral, aumentando el riesgo de padecer enfermedades neurológicas y mentales”, añade.

 

Un sueño de calidad protege frente al Covid-19

El sueño está involucrado en infinidad de procesos fisiológicos, como la consolidación de la memoria, la regulación hormonal, la regularización vascular, el procesamiento emocional…

Pero además, durante el periodo de sueño se producen efectos beneficiosos para el funcionamiento del sistema inmunológico, especialmente en lo relacionado con la inmunidad celular.

“Buena parte de nuestra respuesta inmunológica ante un agresor externo como el Covid-19 va a depender de cuánto durmamos habitualmente. El sueño de calidad tiene un papel protector contra enfermedades infecciosas como el coronavirus o la gripe”, apunta el doctor García Borreguero.

En la medida en que durmamos peor o menos tiempo del recomendado, nuestro sistema inmunológico va a estar más debilitado, lo que nos hace más susceptibles al contagio.

Algunos estudios apuntan incluso al impacto que tiene un sueño de calidad en la efectividad de la vacunación contra estas enfermedades.

“Todo apunta a que la medida en que nosotros respondamos a la vacuna contra el Covid-19 va a depender también de lo que durmamos por la noche habitualmente. Aquellas personas que duerman mejor van a ser también las que tiendan a responder mejor a la vacuna”, señala García Borreguero.

 

 

Mala higiene del sueño e insomnio:

síntomas de la fatiga pandémica

 

Según la Sociedad Española de Neumología  y Cirugía Torácica (Separ), la mala higiene del sueño y los problemas de insomnio se asocian con la fatiga pandémica.

La higiene del sueño se ha visto afectada por varios motivos:

Por un lado, la alteración de los horarios del sueño. Durante el confinamiento, al permanecer encerrados en casa, muchas personas no han controlado el horario para levantarse, dormir la siesta o irse a la cama, ni tampoco los horarios de las comidas.

Además, la menor exposición a la luz solar ha conducido a una mala regulación de la melatonina, la hormona que regula los estados de sueño y vigilia:

“La melatonina regula nuestro reloj interno. Nos ayuda a estar despiertos o dormidos. Al levantarse, salir a la calle y con la exposición a la luz solar, se inhibe y estamos despiertos. Y, durante la noche, se activa y nos ayuda a quedarnos dormidos” explica la doctora Olga Mediano, neumóloga y coordinadora del Área de Apnea del Sueño de Separ.

La ansiedad y el estrés que muchas personas han experimentado durante la pandemia tienen un efecto directo sobre la calidad del sueño. Como consecuencia, muchas personas sufren insomnio.

 

Los trastornos del sueño se pueden prevenir y tratar

“A pesar de que la mayoría de los trastornos del sueño se pueden prevenir o tratar, menos de un tercio de los pacientes buscan ayuda profesional. Es importante, por lo tanto, concienciar a la población de la importancia de consultar con su médico cuando no se consiga un sueño de calidad”, apunta la doctora Fernández Arcos.

Mejorar la calidad del sueño, incluso en pandemia, es posible introduciendo pequeños cambios en nuestra rutina diaria:

Realizar ejercicio, seguir unos horarios de sueño y de comidas regulares y evitar el abuso de las pantallas son algunas de las claves para mejorar la calidad del sueño.