Doña Colombia, la historiadora de Pasa

Doña Colombia es un ícono de Pasa.
Personaje. Doña Colombia es un ícono de Pasa.

Beatriz Colombia Pérez Espín está a tres meses de cumplir 100 años y a su edad es una mujer lúcida que recuerda no solo nombres y detalles, sino fechas de los hechos más trascendentales de su parroquia Pasa.

Por todos los conocimientos que tiene sobre la parroquia, las autoridades del Municipio de Ambato y del Gobierno Parroquial la consideran como ‘Habitante de honor’ e historiadora de la parroquia.

 

 

 

 

Su perfil

La casa de doña Colombia se ubica a unos 10 metros de la iglesia central de Pasa. Al golpear la puerta de madera y  de un modelo rústico, su hija de crianza, Hilda Aldás, la abre.

Hilda fue criada por doña Colombia desde que tenía 10 años, edad en la que se quedó huérfana.

Con esfuerzo y un bastón, sale con paso lento, pero sonriendo porque escucha que llegó una visita.

 

 

EL DATO
Román Calvache, esposo de doña 
Colombia, falleció hace 22 años.

 

 

Con un abrazo invita cordialmente a sentarse en una banca antigua de madera junto a ella. Doña Colombia es delgada, pequeña, de ojos claros, pelo corto y canoso.

Desde su sitio favorito todas las mañanas mira llegar el sol, mientras recuerda todo lo que ha vivido en su casa que aún conserva el olor a madera y naturaleza.

Doña Colombia insiste en que deben hablarle más fuerte, pues sus oídos dejaron de funcionar y también pide disculpas por tampoco no ver bien.

“No oiré, ni veré, pero la memoria no me falla a pesar de los años”, dijo.

 

TOME NOTA
Doña Colombia es reconocida como una historiadora 
empírica, no solo por las autoridades parroquiales 
de Pasa, sino por el Municipio de Ambato.

 

 

Sus recuerdos

Colombia Pérez Espín sabe que nació el 25 de enero de 1923 en su natal Pasa, recuerda el nombre y apellido de su madre: doña Tarquila Espín.

Entre los recuerdos que más llegan a su mente están aquellos cuando su madre la llevaba al teatro cuando tenía 7 años, a disfrutar de las tardes de payasos, zanqueros y obras.

Según doña Colombia, en el teatro de Pasa nacieron muchos artistas que luego migraron a otras ciudades, pues en esta parroquia había mucha cultura, sin embargo, nunca se reconoció su potencial para desarrollarlo.

Pese a sus años, no se cansa de contar las múltiples actividades que se realizaban en el centro parroquial, como que en ese tiempo había mucho mestizo y solo una vez a la semana bajaban los indígenas desde las comunidades.

“Los caminos eran muy difíciles de transitar, unos llegaban a pie, otros a caballo y debes en cuando había un carro que llegaba al lugar causando sensación, porque imaginábamos como eran las ciudades grandes con esos objetos”, contó doña Colombia.

La mujer de 99 años también recuerda que las familias que se asentaron en esta zona eran migrantes de ciudades como Quito, Ibarra, Tulcán, entre otras.

 

 

EL DATO
En tres meses Colombia cumplirá 100 años.

 

 

La educación para las mujeres era muy difícil en esa época, ya que iba a la escuela con pocas compañeras y solo hasta tecer grado, porque las niñas tenías que hacer las actividades domésticas.

Sin embargo, ella leía y aprendía de quienes le contaban lo que pasaba en el mundo exterior, mientras guardaba en su memoria y en hojas de papel lo que ocurría para compartirlo con quienes llegaban hasta este sitio.

Una de esas personas fue don Román Calvache, quien se convertiría en el amor de su vida y el padre de sus hijos. Con don Román se casó cuando ella tenía 22 años y él 32.

Con los ojos llenos de amor dice que su esposo era rubio, de piel rosada y tenía unos “rizos bonitos”. Tuvieron dos hijos, Guadalupe que falleció al mes de nacida y Edison, quien ahora vive en Quito.

Doña Colombia dice que tenía varios objetos muy antiguos en su casa, pero fueron donados al museo de la parroquia que fue inaugurado en 2016.

Su ilusión es celebrar sus 100 años, pues dice que lo tiene todo: salud, dinero y amor, y quien tiene eso lo tiene todo, aseguró. (CNS)