Víctimas de violencia aseguran que el sistema judicial no las protege

Las mujeres aseguran sentirse violentadas en casa y dentro del sistema judicial.
ILUSTRACIÓN. Las mujeres aseguran sentirse violentadas en casa y dentro del sistema judicial.

De los casos de violencia intrafamiliar registrados en Tungurahua, el 81.9% de mujeres han sido las víctimas directas de violencia física, verbal y psicológica, siendo esta última la más recurrente, según datos de la Policía.

El miedo a la soledad, los prejuicios, el ‘qué dirán’, dependencias emocionales, económicas son parte de las razones por las que muchas de las víctimas deciden no seguir el proceso judicial entablado contra sus victimarios.

Pero a esas razones se suma la violencia en la que el mismo sistema incurre cuando de entregar medidas de protección a las perjudicadas se refiere.

 

 

Los problemas

Cecilia Chacón, exsecretaria de Derechos Humanos del Ecuador y parte del Movimiento de Mujeres, asegura que son los mismos operadores de justicia quienes, en ocasiones, con el argumento de “pero si no ha sido para tanto”, han limitado las medidas de amparo necesarias para mujeres que han sido vulneradas de una u otra forma llegando a dejarlas en completa indefensión, a decir de la especialista.

Esta falencia y maltrato por parte de la Justicia a la parte afectada, contribuye para que otras mujeres, que también son víctimas de agresiones de cualquier tipo, desistan en demandar a sus victimarios.

 

 

CIFRA
81.9%  DE MUJERES Han sido víctimas de 
violencia en Tungurahua, según datos de la 
Policía, con corte hasta octubre de 2022.

 

 

“Es una pasadera de tiempo, para darme la boleta de auxilio mismo, cuánto que tuvo que pasar porque no me dieron ni a la primera, ya cuando mi exesposo me verdeó el ojo y me dejó bien pegada creo que me creyeron que debían darme la medida, pero ya que, ya me había maltratado peor que otras veces”, dijo una mujer de 46 años, de quien reservaremos su identidad.

Estos ejemplos provocan que otras víctimas prefieran callar debido al engorroso proceso judicial que implica demandar a su agresor.

“Mi novio también me pegaba, yo sí le mandé una vez preso, la familia de él me vino a hacer un escándalo, así que no fui a la audiencia porque me dijeron que de gana iba a perder mi tiempo porque solo había sido ‘un puñetito’ y que como no pasó a mayores no valía la pena y que tenía que gastar en abogados, entonces preferí dejar así, él y la mamá todavía saben venir a molestarme, les tengo miedo pero ya qué puedo hacer”, aseguró otra víctima de violencia de 23 años.

 

EL DATO
Especialistas insisten en que algunos operadores 
de justicia no brindan un trato adecuado a las 
víctimas de violencia y desestiman la gravedad 
de su afectación.

 

 

Dependencias agravan la situación

Para Chacón el problema radica en algunas dependencias que van desde las emocionales a las económicas y sociales, que evitan que las mujeres tomen la decisión de demandar y llegar hasta las últimas instancias contra sus agresores.

“La sociedad ha llenado de prejuicios a la mujer que denuncia, incluso hay presión familiar y amenazas de que les van a quitar a sus hijos, son varios de los fenómenos que giran en torno a la decisión de una víctima”, aseguró la profesional.

A esto se suma el tema de que, cuando el agresor va a ser encarcelado, desisten del procedimiento con la premisa de que al ser el proveedor, perderá su trabajo por estar preso.

Chacón es enfática en que, el que el victimario esté privado de su libertad no termina con la violencia, por el contrario, “la violencia no acaba y hasta se vuelve continua por parte de los familiares que juzgan el por qué está denunciando, porque se ha recargado sobre la mujer la responsabilidad de llevar el hogar”, insistió.

En cuanto al sistema judicial, Chacón aseguró que tampoco presta las garantías del caso a las víctimas de violencia, pues ha sido testigo de cómo varios de estos casos han sido desestimados por los operadores de justicia, “no les creen a las mujeres, cuando desde la perspectiva de los Derechos Humanos partimos de que siempre dice la verdad y la víctima está buscando protección, debería haber mucha empatía y escuchar a estas mujeres las veces que sean necesarias”, insistió.

 

 

En la ley

Para Mentor Robalino, abogado, el sistema judicial y su lentitud influye negativamente en que las mujeres decidan denunciar, “es que a nadie le gusta estar metido en una entidad horas de horas para que al final terminen por decirles que han exagerado, que más el trámite, que dejen nomás, que son cosas que pasan y cuando la violencia es recurrente y estas mujeres acuden de nuevo a las instancias judiciales ya hasta pierden credibilidad, sin pensar que, hay casos de esos que seguramente terminaron en lesiones graves o femicidio”, puntualizó el jurista. (MAG)