Hacinamiento, problema psicosocial que persiste en Tungurahua

La realidad de las familias hacinadas incluye realidades sociales difíciles de superar.
SITUACIÓN. La realidad de las familias hacinadas incluye realidades sociales difíciles de superar.

Arrinconados en cuartos de hasta dos por dos metros y en condiciones precarias, viven algunas familias en Ecuador, muchas con trabajos informales y limitados ingresos para sobrevivir.

En Tungurahua las familias que viven en hacinamiento deben sobrevivir al día con menos de 20 dólares y enfrentar problemas sociales como el alcoholismo y la violencia intrafamiliar.

 

 

Historias

Carmen Chaglla vende accesorios para cabello recorriendo las calles de Ambato y cuando hay fiestas en ciudades cercanas viaja hasta allá, para lograr algo más de ingresos para sostener a sus tres hijos y ayudar a su marido.

Ella y sus familiares viven cuidando un terreno, en un cuarto de dos por tres metros cuadrados.

Tienen una cama y dos colchones que les regalaron, guardan su ropa en tachos plásticos.

Una mesa que sirve para comer y hacer deberes divide lo que es la cocina, donde nada más hay una cocineta y un platero. Las cajas de madera sirven de bancos para los más pequeños.

Carmen cuenta que por lo menos tienen un techo por el que no pagan arriendo y eso ya es un ahorro, aunque viven con incomodidades, ya que sus hijos crecen y el espacio ya no les alcanza, pero el dinero tampoco.

“Aunque no siempre hay para zapatos, un lápiz o un cuaderno, por lo menos estudian y eso me da la alegría. Ya luego buscarán trabajo y se sostendrán por ellos mismo”, dijo Carmen.

Pero ellos no son los únicos, en el sector de la Colón y la plaza Primero de Mayo, hay familias, muchas de estas extranjeras, que viven en cuartos junto a otras personas.

Francisco es uno de ellos, él vive con su esposa y su hijo, pero además subarrienda el espacio con otra familia de cuatro integrantes, con quienes comparte gastos.

También están quienes vienen del campo debido a que muchos son vendedores informales y han decidido migrar al centro de Ambato y alquilan un cuarto con baño.

 

 

 

Cifras

Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), al menos el 9,6% de la población ecuatoriana vive hacinada, mientras que en Tungurahua es el 2,8%.

El INEC tomó en cuenta que estos hogares están conformados por cuatro personas, entre adultos y niños, lo que significa que de los 17,5 millones de habitantes que tiene Ecuador, al menos 1, 5 millones viven en esta situación.

El mismo estudio explica que el problema se da más en las zonas rurales, donde hay menos accesos a servicios básicos. (CNS)

 

Aspectos psicológicos del hacinamiento

Para la psicóloga Jessenia Bautista, vivir en condiciones de hacinamiento repercute en el estado mental de quienes viven así.

“Cuando las personas deben enfrentar incomodidades, falta de privacidad y limitaciones económicas aparecen situaciones como la depresión, la frustración y el agotamiento emocional que desembocan en violencia, alcoholismo y otros actos que atentan contra los miembros de la familia”, dijo Bautista.

Además, habló de las limitaciones que tienen para acceder a una atención psicológica para subsanar estos problemas familiares, que en muchas ocasiones son los niños los más afectados.

 

Situación social

Para el sociólogo Jorge Castro, la vivienda es uno de los aspectos más importantes para determinar las condiciones en las que se desarrollará el núcleo de la sociedad, la familia.

Castro dijo que “por eso es importante no desestimar la situación en la que viven las familias, sobre todo quienes tienen carencias en su calidad de vida”.

También hizo referencia que, además de la afectación en la salud mental, hay detalles como la seguridad y el derecho a vivir confortable que se pierden al momento de vivir de esta forma de manera obligada.

Además, habló de la importancia de la política pública y su intervención para cambiar estas realidades, donde las personas que están sujetas a esto viven en pobreza y extrema pobreza.