Ambato con los índices más altos de trabajo infantil

Pese a los peligros que existen en la calle, los menores pasan horas trabajando.
REALIDAD. Pese a los peligros que existen en la calle, los menores pasan horas trabajando.

Pese a la situación de riesgo en la que se encuentran los menores de entre 5 y 14 años que trabajan en la calle, este problema social no desaparece y Ambato es las ciudad con la tasa más alta a nivel nacional.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) con corte de junio 2022, Ambato tiene una tasa del 3,4% de niños trabajando en las calles, le sigue Machala con el 1,5%, Guayaquil registra el 0,3% y Quito tiene el 0,4%.

De acuerdo a datos del INEC, en 2012 Tungurahua se encontraba en el octavo lugar con el 10,7% de población infantil en condición de trabajo, es decir, al 2022 existe un descenso en la cifra, pero a pesar de este decrecimiento, en la actulidad Ambato tiene el más alto índice de trabajo de niños y adolescentes.

Realidad

En las avenidas, calles, parterres y restaurantes se ven a niños vendiendo caramelos, mascarillas, legumbres y otras cosas.

Camilo tiene 11 años y junto a su primo de 9, recorren las calles del centro de Ambato con 30 fundas de caramelos.

Entre juegos se retan sobre quien vende más, mientras sus padres recorren otros sectores con mercadería.

Camilo cuida de su primo, no se separan mucho, porque su mamá le dijo que tengan cuidado y pidan ayuda si alguien les agrade.

Él contó que trabaja para comprar su ropa, si le sobra dinero, algún juguete y en esta época se esfuerza para completar su lista de útiles.

Jhony tiene una realidad parecida, su mamá le dijo que la vida es dura y que debe saber el valor de ganarse el dinero desde pequeño.

Y así lo ha hecho, este año no estudiará porque reprobó segundo curso, así que se dedicará a trabajar junto a su mamá vendiendo ropa en las esquinas de las calles céntricas de Ambato.

Jhony dijo que por más de una ocasión ya le ha tocado correr con la mercadería para que no se la quiten, pues a su corta edad ya es un informal más de la ciudad.

Pero hay realidades más difíciles, pues algunos niños y adolescentes que trabajan en la calle viven situaciones difíciles en casa como el maltrato infantil y los vicios de sus padres.

Como el caso Jessenia de 15 años, quien junto a sus hermanos de 13 y de 10 años, deben trabajar vendiendo de todo, porque el único familiar que tienen es alcohólico.

CIFRA
270.340 niños de entre 5 y 14 años trabajan en Ecuador,
según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos.

Autoridades

Kléver Peñaherrera, coordinador del Consejo de Protección Derechos de Ambato, dijo que luego de un trabajo coordinado con instituciones encargadas como el Ministerio de Inclusión Ecónómica y Social (MIES), se presentan acciones de protección para los menores en riesgo.

Peñaherrera hizo hincapié en el trabajo permanente de seguimiento para articular acciones que protejan a los menores que trabajan, pues inclusive se ha detectado y registrado 162 procesos legales entre 2020 y 2021 por préstamo de menores para estar en las calles.

Mientras tanto el MIES coordina a nivel nacional el programa de Erradición del Trabajo Infantil (ETI) dirigido a proteger y restituir los derechos de niños y adolescentes que se encuentran en condiciones de riesgo y vulnerabilidad.

María José Pontón, coordinadora zonal del MIES, dijo que a lo largo de la provincia se ha hecho el seguimiento a niños que trabajan en las calles y no van a la escuela.

Pontón habló de las circunstancias en las que encuentran a los niños que son rescatados de la calle conjuntamente con la Policía y a través de los procesos se los pone a buen recaudo, buscando a familiares más cercanos que puedan garantizar su seguridad. (CNS)

Impacto

“Como estas, hay cientos de historias en las ciudades del país que están envueltas en la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades y es donde el trabajo interinstitucional debe ser reforzado entre las entidades competentes para crear un política pública que funcione”, dijo Jorge Castro, sociólogo.

Castro habló sobre el impacto social que significa la presencia de un niño trabajando en la calle.

Aseguró que no solo se vuelven vulnerables a todo tipo de riesgo por los peligros a los que se enfrentan, sino que años más tarde le significará a la sociedad una deuda con estos niños.

“El trabajo infantil hace referencia a todo lo que le priva a los menores de su niñez como su potencial y su dignidad, y es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”, mencionó Castro.

Además, dijo que interrumpe su escolarización, pues los priva de la posibilidad de asistir a clases, abandonan  la escuela muy pronto o se debaten entre el estudio y el trabajo pesado, “sin lograr vivir su etapa, sino a través del dolor, la carencia y la responsabilidad de un adulto que no le corresponde”, insistió.

Pero también existe un impacto psicológico grave en los niños y adolescentes que se ven obligados a trabajar y que luego arrastran a lo largo de los años hasta su vida adulta, según refirió Alex Guerra, psicólogo infantil.

Guerra dijo que al estar expuestos ante el maltrato y la violencia que no solo está dentro de los hogares, sino en la calle desarrollan baja autoestima, resentimiento y un futuro desalentador que los hace pensar que no saldrán nunca del estado en el que se encuentran, sin contar con los daños físicos que acarrean por enfermedades a las que están expuestos.

“Los niños trabajadores no se enrolan con su grupo etario, sino que adoptan identidad de otros que son más adultos y en esta constante exposición a realidades diferentes,  pueden aparecer comportamientos  como la adicción y el maltrato porque son los patrones que tienen como referente en las calles generando una distorsión social y psicológica”, dijo Guerra.

Trabajo infantil desde la normativa ecuatoriana

En el marco del Sistema de Protección y Equidad (artículo 46) para la protección y atención a niños, niñas y adolescentes se incluye expresamente la protección especial contra la explotación laboral o económica y la prohibición expresa del trabajo para menores de 15 años. En lo relacionado al trabajo adolescente, se expone su carácter de excepcional, siempre que no limite su educación o ponga en riesgo su salud.

En relación a la normativa nacional específica, el Código de la Niñez y Adolescencia (CNA) define como edad mínima para el trabajo a los 15 años, considerando todo tipo de trabajo incluyendo el servicio doméstico. En el caso del trabajo adolescente (entre 15 y 17 años de edad), se plantea un límite de seis horas diarias a la jornada laboral durante cinco días a la semana, siempre que no perjudique el derecho a la educación y cumpla con todas las garantías legales y laborales, como mecanismos para proteger su integridad y garantizar su desarrollo. Adicionalmente, se requiere de la autorización de los padres.