Comerciantes, compradores y habitantes de la comunidad Cuatro Esquinas de Santa Rosa hicieron caso omiso al decreto de presidencial de estado de excepción.
Como si se tratara de otro país, donde no pasa nada, los habitantes de la comunidad Cuatro Esquinas de la parroquia Santa Rosa, vivieron un domingo normal de feria pese a que el gobierno declaró toque de queda para 16 provincias, incluida Tungurahua. Por el alto número de contagios por covid.
Las personas circularon sin mascarilla, la movilidad vehicular era común y los comerciantes hacían sus negocios a las amas de casa que salían en busca de alimentos como todos los días, desobedeciendo disposiciones.
En un alto parlante se recomendaba ponerse la mascarilla mientras realizaban las compras, mientras otras vendedoras sin ninguna protección gritaban “espumilla” al costado de la vía donde se estacionaron taxis y camionetas en espera de una carrera.
Al parecer, esto ya no era un asombro en esta zona, pues en este sector nunca se dejó de hacer ninguna feria así circule la policía para los controles.
Más al centro de esta parroquia, también había reportes de que tiendas, peluquerías y otros negocios estaban abiertos en espera de clientes, pese a estar en confinamiento.
Aunque hubo quienes cumplieron el confinamiento, las personas que no respetaron el toque de queda arriesgaron no solo a ellos y sus familias sino a quienes entre semana pueden tener contacto, dijo María Lara, quien habita en la parroquia desde hace 10 años.
“Muchos hacemos esfuerzos y cumplimos con lo dispuesto por las autoridades, yo tengo un negocio en el Ferroviario al que ya no puedo salir los fines de semana y vienen otros y nos contagian con su indisciplina” enfatizó la moradora.
Santa Rosa es una de las parroquias más indisciplinadas de la provincia, por reportar fiestas clandestinas, reuniones y el incumplimiento de restricciones emitidas por el COE Nacional. (CNS)