Deserción escolar aumenta en pandemia

Realidad. Los estudiantes alternan el trabajo en el campo y sus estudios.

Luego de un año de educación en casa se evidencian varios inconvenientes, sobre todo en el sector rural y urbano marginal, así lo revela un estudio elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

De acuerdo con este estudio en Ecuador, alrededor de 90 mil niños han dejado las clases, de los cuales, el 63% abandonaron por falta de ingresos, mientras que en el 37% lo hicieron porque no tienen computadora.

Realidad

José, es un adolescente de 16 años, para él, el hecho de asistir a clases hasta antes de la pandemia era un reto, pues no tenía recursos que le permitan llevar una educación normal. Asegura que muchas veces no contaba con los materiales necesarios y peor con dinero para realizar los trabajos. “Mis papás no tienen dinero por eso yo ayudaba a conseguir algo para mis estudios”, dijo.

Pero con la pandemia todo cambió, José explica que al principio simplemente no asistió a clases. “No tenía en que. Las guías llegaron creo que luego de un mes y la verdad yo ya salía al campo a trabajar con mis padres”, mencionó el menor.

Fue la insistencia de la maestra la que hizo que el adolescente se igualara en los trabajos y presente el portafolio, aunque reconoce que no aprendió mucho.

Caso similar vive Joselyn, una niña de 11 años, quien asegura que en su casa comparte un dispositivo entre tres hermanos, pero incluso ese se quedan sin recepción de internet.

“Yo ayudo a mis padres en el campo, a veces cuando no puedo recibir clases veo que hay en el libro y leo”, comentó.

Carlos Nuela, padre de familia, lamentó la situación que tiene que vivir con sus hijos, pues aseguró que desde que inició la pandemia ha tratado de ayudarles en recibir las clases, pero es complejo. “Hay veces que ni yo mismo entiendo, no tengo paciencia y por el trabajo les dejamos solos, ellos no han aprendido mucho en este año”, dijo.

EL DATO 
Según Unicef, el 22% de alumnos no cuentan con acceso a internet.

Labor

Para los docentes el compromiso es continuar brindando los mejores esfuerzos para lograr que los niños y adolescentes continúen estudiando y no deserten.

“Se han entregado las guías pedagógicas, pero no es lo mismo, hay niños y adolescentes que nos dicen que no entienden, otros simplemente ya no se conectan”, aseguró una maestra quien, además, explicó que de su clase de 35 alumnos perdió contacto con al menos dos de ellos, por lo que tuvo que de alguna manera visitarlos en casa y “prácticamente rogarles que hagan el portafolio para que presenten y que continúen en el sistema”.

Paola Naranjo, rectora de la Unidad Educativa Alberto Guerra en Cevallos, manifestó que en efecto esta problemática sí se evidencia sobre todo en alumnos de básica superior y bachillerato, por lo que indicó que es imprescindible un retorno progresivo a las aulas. “Aquí se les puede ayudar”, mencionó.

En una entrevista para Diario La Hora, Monserrat Creamer, ministra de Educación, reconoció que tener un año de confinamiento afecta psicosocial y emocionalmente a los estudiantes, más aún cuando se sabe que no todos los entornos son idóneos para el estudio, pues hay tensión, temor y más factores que interrumpen su aprendizaje. (FCT)