Actualización 19:00 – martes 5 de noviembre de 2024
El cuerpo del padre Enrique Arcos fue encontrado con aparentes signos de violencia y sin extremidades superiores. El hallazgo del cadáver se dio en Panzaleo, provincia de Cotopaxi.
El cuerpo del sacerdote Enrique Arcos fue encontrado desmembrado, comido parcialmente por un animal y cerca de los restos se encontraban aproximadamente 10 perros.
El cadáver fue encontrado en un camino de tercer orden en el sector de Panzaleo en Cotopaxi la noche de este domingo 3 de noviembre de 2024.
Según información policial el cuerpo presentaba signos de violencia, y no tenía brazos. Agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) y Criminalística levantaron el cadáver, que posteriormente fue ingresado en la morgue del cementerio general de Latacunga.
Se conoció que posiblemente el cuerpo sería trasladado a Quito para exámenes antropológicos y retornará a Ambato en los próximos días para ser entregado a sus familiares.
El hallazgo lo hizo una persona que transitaba por el lugar, la noche del domingo 3 de noviembre. Personal policial acudió y constató que se trataba del padre quién, cuatro días antes (30 de octubre) fue reportado como desaparecido.
Diligencias para encontrar a los responsables del asesinato del padre Enrique Arcos
Este lunes 4 de noviembre, la Policía Nacional realizó cerca de 20 allanamientos conjuntamente con la Fiscalía. Las diligencias se llevan a cabo en diferentes sectores de Ambato y Quito.
Preliminarmente se conoció que el clérigo habría estado dentro de su vehículo marca KIA, rojo de placa TKB – 4069, acompañado de tres sujetos con quienes supuestamente fue visto el día de su desaparición, uno de ellos, aparentemente era un vendedor de caramelos que conocía al occiso.
Posterior a la desaparición, la vivienda del padre fue perpetrada por delincuentes, sin embargo, estos habrían entrado sin forzar las seguridades de la propiedad.
Presuntamente, los objetos sustraídos de la casa del religioso, estarían en Quito, por lo que las diferentes intervenciones policiales continúan.
Investigaciones continúan
Decenas de muestras de solidaridad se han replicado a través de redes sociales, tras conocer la noticia de la violenta muerte del sacerdote de 53 años.
Personal de la Dinased de la Policía Nacional se encuentra realizando las investigaciones del caso para dar con quién o quiénes hayan cometido este crimen y ponerlos tras las rejas.
Hasta el cierre de esta cobertura, se espera que las autoridades emitan algún comunicado oficial al respecto de este y otros hechos de sangre que se han registrado en los últimos días en Tungurahua.
Automotor fue encontrado
En las últimas horas, la Policía Nacional confirmó el hallazgo del carro propiedad de Enrique Arcos, el mismo que estaba completamente incinerado y abandonado en un camino de tercer orden de la vía a la parroquia de Lloa, ubicada al sur de Quito. Personal de Criminalística conoció del hallazgo y acudió para continuar con las investigaciones del caso, así como la búsqueda de otros indicios que ayuden a esclarecer el crimen y dar con los responsables.
El vehículo fue sacado del lugar a bordo de una grúa, para ser posteriormente ingresado en los patios automotrices de la Policía. Las pericias respecto al trágico acontecimiento continúan, así como otras diligencias relacionadas.
El padre Enrique Fabián Arcos conocía a sus asesinos
El coronel Fabricio Silva, jefe de la Policía de Tungurahua, comentó que dentro de las investigaciones se puede determinar que el sacerdote conocía a quienes fueron sus victimarios.
Añadió que aparentemente el móvil de la muerte sería el robo, y mencionó que no se trataría de delincuentes que interceptaron al ministro católico, sino que éste mantendría una relación de amistad con alguno de estos individuos y eso hizo que tomen mucha confianza al punto de que conozcan su domicilio e inclusive parte de su rutina.
Aunque Silva mencionó que se está tras el rastro de los implicados en el asesinato y que se cuentan con detalles de las transferencias bancarias que le habrían obligado hacer al sacerdote y los enseres robados en su casa, sin embargo, sostuvo que no se podían dar más detalles sobre la investigación de esta muerte. (MGC/NVP)