En los últimos 14 días se registraron cuatro muertes violentas en Tungurahua. Estas atemorizan a la ciudadanía que pide a las autoridades que se tomen cartas en el asunto.
Casos
El domingo 29 de agosto sucedió una balacera en el centro de Ambato. Una mujer de 20 años oriunda de Babahoyo y que trabajaba como prostituta, fue asesinada con varios disparos.
Mientras que el siguiente fin de semana, el sábado 4 de septiembre, un joven de 22 años fue apuñalado en el abdomen durante una pelea con su vecino. El hecho ocurrió en una casa rentera de la calle 13 de Abril.
El viernes 10 de septiembre, en la mañana se registró la muerte de una mujer de 37 años en Pelileo, a manos de su conviviente.
Mientras que a las 22:00 del mismo día, un hombre de 37 años recibió un disparo en la cabeza dentro de un billar en el centro de Ambato.
EL DATO En lo que va de 2021, se registran 16 muertes violentas en la provincia.
Cifras
Según datos de la Unidad de Muertes Violentas de la Dinased, en lo que va de 2021 en Tungurahua se registran 16 fallecimientos por esta causa.
Esta cifra es próxima al total de muertes violentas que hubo en 2020, cuando se reportaron 18 fallecimientos violentos.
La cifra de este año ya supera a las 15 muertes violentas de 2019. En 2018 fueron 17.
El año pasado todas las muertes violentas se resolvieron, mientras que en 2021 ya hay nueve resueltas y siete sin resolver.
TOME NOTA En 2020 todas las muertes violentas fueron resueltas.
Autoridades
Frente a este tema Fernando Gavilánez, gobernador de Tungurahua dijo que las autoridades se están reuniendo en mesas técnicas para tratar la inseguridad.
“Estamos tres meses y no se puede cambiar todo, cuando no se han venido haciendo las cosas bien. Recién estamos construyendo las bases para que tengamos un plan estratégico y estamos creando el Plan Provincial de Seguridad Ciudadana”, manifestó Gavilánez.
Mientras que Marco Antonio Muñoz, jefe de la Policía Subzona Tungurahua, indicó que la institución va a realizar un mejor sistema de patrullajes y mejorar el acercamiento a la comunidad con charlas preventivas.
Especialista
El psicólogo clínico Oscar Pérez explicó que este problema social, tiene un contexto amplio, que va desde la incapacidad de la sociedad para educar en respeto y valores.
“Esto desencadena en personas con características sociopáticas, que no dan un valor a la vida del otro. Es el resultado de la falta de control y normas que no solo es responsabilidad del Estado, sino del hogar”, dijo Pérez.
Además, mencionó que a estas personas, en el desarrollo evolutivo, no se trabajó en generar valores, respeto, empatía, comunicación y cuidados. “Es una respuesta a situaciones de crianza, socioeconómicas es una reacción, un síntoma manifiesto de la sociedad”.
También indicó que el encierro por la pandemia ha influido, “como nos ha mostrado que hay cosas buenas, también hay cosas atroces como la conducta apática, la violencia, la delincuencia”.
Otro factor corresponde a temas de inseguridad, a que no se hay un control adecuado en términos del delito, también a temas de migración, donde el traslado de personas conlleva al aumento del mismo, finalizó Pérez. (APQ)