Cooperativa La Floresta 18 años al servicio de la colectividad

Los socios son beneficiados de un sinnúmero de productos y servicios.
CONFIANZA. Los socios son beneficiados de un sinnúmero de productos y servicios.

Una tarde de vóley, en enero 1999, fue el génesis de una idea que terminó por conformar a una de las cooperativas de ahorro y crédito más sólidas de la parroquia de Picaihua, en Ambato.

Hace 18 años Hugo Ortiz, un hábil zapatero de la localidad pensó en grande. Entre risas y el juego que tanto le apasiona nació la idea de comenzar esta carrera financiera, justo cuando el feriado bancario tocaba las puertas del Ecuador.

Líder reconocido en la zona, Ortiz se ganó rápidamente la confianza de sus cercanos y con un aproximado de 40 personas iniciaron este sueño con una visión que va más allá de un simple negocio, sino de ser esa entidad que busca el beneficio y progreso de su gente.

 

 

 

 

Afianzamiento

“Mi padre puso el capital inicial y así fue como se conformó el Club de Ahorros La Floresta, ya había conversaciones anteriores sobre el tema, pero no fue sino hasta enero de ese año que se consolidó”, contó Óscar Ortiz, hijo de Hugo y actual gerente general de la entidad.

A inicios de 2000 se logró cimentar las bases del club, de tal modo que las líneas de crédito estaban abiertas y ese movimiento generaba frutos.

Fue Hugo quien con su esfuerzo, y sin dejar de lado su oficio de zapatero, pudo sacar a flote al club. “Recuerdo que la primera oficina era en la casa de mi padre, ahí funcionó por casi 15 años.

“A unos 20 pasos tenía su taller entonces, la gente llegaba para pedir asesoría financiera y mi papá corría para explicarles sobre los servicios, él era como el enganche de toda la atención al cliente”, recordó Óscar con una sonrisa.

 

EL DATO
La institución empezó con 11 trabajadores y 
hoy son más de 50 entre funcionarios directos
e indirectos los que colaboran en con la institución.

 

 

Trato personalizado

Esa forma alegre, atenta, pero sobre todo sensata con la que Hugo captaba a su clientela, se volvió el plus más importante y el potencial diferenciador de su Club.

Solicitar un crédito no corría solo con el protocolo regular, los clientes eran asesorados y a la vez aconsejados, de manera personalizada, con un minucioso acompañamiento para que puedan acceder al financiamiento que les ayudaría a alcanzar sus objetivos y asimismo puedan responder responsablemente con la deuda, sin afectar a su economía familiar y ayudándolos a crecer.

Así fue como empezó el crecimiento, con bases sólidas, y con ese plus de cercanía y consejería personalizada que la sigue haciendo única a la institución financiera desde su nacimiento.

 

CIFRA

  •  5.500 SOCIOS Activos son los que se contabilizan hasta el momento en la entidad financiera y esperan más.

 

 

El legado

Desde 2004, Óscar se ha encargado de impulsar la idea caminante de su padre. Por lo que se vinculó a la carrera de economía, pues el fundador del Club tenía clara la idea y la intención de ser un aporte a su comunidad, por eso, su hijo es hasta hoy su mejor sucesor.

“Cuando llegué terminando mis estudios vi que todo se manejaba aún en cuadernos, máquina de escribir, así que era momento de poner en práctica lo aprendido por lo que se sistematizó todo y decidimos volver jurídica a la entidad que funcionó como Club hasta agosto de 2004 y ya el 16 de septiembre de ese mismo año recibimos las escrituras públicas que nos acreditan como cooperativa de ahorro y crédito legalmente constituida”, dijo el titular.

 

 

 

Proyectos y expansión

En 2019, la solvencia de Cooperativa de Ahorro y Crédito La Floresta les permitió incluso correr altos riesgos, por lo que absorbieron a otra entidad financiera que presentaba problemas de liquidez y que contaba con algunas sucursales en Tungurahua y Cotopaxi.

“Corrimos un riesgo ajeno para poder crecer, esta institución tenía cuatro agencias, una aquí en Picaihua, otra en el Mercado Mayorista de Ambato, en Píllaro y Salcedo” contó Óscar.

De estas sucursales, solo la sucursal de Picaihua fue removida a Cevallos, pues en la parroquia ya funciona la matriz.

Esta importante estrategia no solo permitió que La Floresta crezca, sino que impidió que decenas de familias perdieran sus ahorros.

La pandemia llegó y en medio de la expansión, lo que se convirtió en un reto aún más difícil, pues el confinamiento complicó todo movimiento comercial y financiero.

Sin embargo, La Floresta, pudo mantenerse a flote sin perjudicar a sus cuentahabientes e incluso aumentando plazas de trabajo en un año en el que precisamente generar era difícil.

Tal es la importancia que para la cooperativa tienen sus clientes que abrieron una nueva agencia en la Isla Santa Cruz de Galápagos, pues muchas personas de Picaihua y Salasaca tienen calidad de colonos en el lugar.

“No se trata de lucrar, sino de retribuir confianza a la gente que trabaja junto a nosotros, buscamos fidelización con las personas y siempre brindarles los mejores beneficios”, dijo Ortiz. (MAG)

 

 

La cooperativa es una de las más sólidas de la provincia y planea seguir creciendo.
SOLVENCIA. La cooperativa es una de las más sólidas de la provincia y planea seguir creciendo.

 

Salud financiera

La cooperativa la Floresta está en el segmento 3 de la categorización de cooperativas de ahorro y crédito del Ecuador.

Su patrimonio está entre 5 y 20 millones de dólares, de los que la cooperativa posee 12 millones hasta el momento, por lo que su meta es alcanzar el segmento 2.

Por su excelencia, en cuanto al manejo de la entidad, cuentan con la certificación GIF, del Programa Internacional de Gobernanza e Inclusión Financiera para las Américas.

 

 

 

Productos y servicios

Cristina Ortiz, jefe de negocios, asegura que al momento, La Floresta cuenta con 20 alianzas estratégicas con empresas comerciales que les permite a sus socios ser beneficiarios exclusivos de ofertas y descuentos.

Los créditos se aprueban en 24 horas luego de la visita técnica del asesor comercial, en el tema empresarial, y cuya tasa de interés es del 18.5%, mientras que los créditos de consumo se entregan sin visita técnica, pero con documentos solicitados por la entidad y se otorgan a una tasa de interés del 15.6%.