Contaminación ambiental y la salud del cerebro

La contaminación causa más de 3 millones de muertes prematuras anualmente en todo el mundo.
La contaminación causa más de 3 millones de muertes prematuras anualmente en todo el mundo.

En todo el mundo, más de 9 millones de personas fallecen cada año por causas atribuibles a la contaminación atmosférica.

A este número se suma que la contaminación causa más de 3 millones de muertes prematuras anualmente.

Para nadie es ajeno que la contaminación provoca problemas respiratorios, pero el impacto que tiene sobre la salud cerebral es más novedoso.

Así se le atribuye la reducción de la capacidad cognitiva y de la memoria, envejecimiento prematuro del sistema nervioso central o, incluso, mayor riesgo de ictus son algunos de sus efectos neurológicos.

Los expertos aseguran que los efectos de la contaminación sobre el cerebro aún son desconocidos por muchos, principalmente porque ha sido solo recientemente cuando se ha comenzado a estudiar en detalle la relación entre la aparición de enfermedades neurológicas y la contaminación ambiental.

El contaminante puede ser una sustancia química o energética, como sonidos, calor o luz.

El elemento contaminante puede ser una sustancia extraña, energía o sustancia natural.

 

TOME NOTA 
La contaminación atmosférica está asociada con la neuroinflamación 
y al envejecimiento prematuro del sistema nervioso central.

 

Trabajos concluyentes 

Varios estudios han encontrado una relación clara entre la exposición a la polución del aire con cambios de naturaleza funcional del cerebro, y, en concreto, apuntan a que una mayor concentración de contaminantes se relaciona con una menor maduración funcional de las redes cerebrales, básica para la actividad intelectual.

Así un estudio reciente impulsado por la Universidad de Yale (Estados Unidos) y la Universidad Normal de Pekín (China) ha llegado a apuntar que después de tres años de alta exposición a contaminantes, las personas que participaron en la investigación tenían un rendimiento cognitivo similar al que supone perder un año de escolaridad.

En Canadá un estudio concluyó que las personas que vivían a menos de 50 metros de una carretera tenían más riesgo de desarrollar demencia.

 

EL DATO
La contaminación puede provocar una reducción en la capacidad 
cognitiva, en las habilidades intelectuales y en la memoria

 

No obstante, otros estudios han ido incluso más allá apuntando que la exposición a la contaminación atmosférica, principalmente a metales como el mercurio y el plomo, son un factor de riesgo para el desarrollo de este tipo de enfermedades neurodegenerativas y también para otras como la epilepsia.

La contaminación atmosférica también se ha relacionado con un mayor riesgo de sufrir un ictus (enfermedad cerebral de origen vascular que se presenta de un modo súbito).

 

CIFR: 80% de los casos de ictus que se producen cada 
año están atribuidos a la contaminación.

 

El Global Burden of Disease, hace unos años, señalaba que hasta el 30% de los ictus que se producen cada año en todo el mundo podrían ser atribuibles a los contaminantes del aire.

Y es que la contaminación atmosférica se ha relacionado con estados protrombóticos. Por lo tanto, podría influir tanto en el incremento de casos de ictus isquémicos –supone aproximadamente el 80% de los casos de ictus que se producen cada año, causados por trombos que interfieren en la circulación de la sangre al cerebro- o, tal y como apuntaba una investigación presentada recientemente en la última Reunión Anual de la SEN, en la gravedad inicial del ictus y en el pronóstico a corto plazo.

 

Contaminación ambiental causantes más comunes

La contaminación ambiental puede provenir de fuentes, por ejemplo:

  • Vehículos, buses, aviones, camiones y trenes
  • Fábricas, plantas de energía y tintorerías
  • Construcciones
  • Minas

 

Posible agravamiento de las enfermedades neurodegenerativas

Otros estudios reflejan que una exposición prolongada a la contaminación atmosférica está asociada con estrés oxidativo, neuroinflamación y envejecimiento prematuro del sistema nervioso central.

Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) se recalca que sería preciso realizar más estudios al respecto, por lo que se ha visto hasta ahora, patologías como alzhéimer, párkinson, esclerosis múltiple o esclerosis lateral amiotrófica (ELA), entre otras enfermedades neurodegenerativas, podrían verse agravadas por procesos de neuroinflamación producidos por la contaminación.

 

El envejecimiento prematuro del sistema nervioso central está asociado a la contaminación atmosférica.
El envejecimiento prematuro del sistema nervioso central está asociado a la contaminación atmosférica.

Contaminación y dolor de cabeza

La población urbana está más expuesta a sufrir los efectos de la contaminación atmosférica, y dentro de este conjunto, son especialmente vulnerables las personas que ya están enfermas, los niños y los adultos mayores.

Los ingresos hospitalarios por migrañas y otros tipos de dolor de cabeza aumentan los días en que los niveles de contaminación ambiental son más altos.

La investigación que determinó estos resultados, midió la concentración de ozono y agentes contaminantes como monóxido y dióxido de nitrógeno (NO y NO2), dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO) y partículas finas (PM) en siete puntos de la ciudad de Santiago de Chile durante cinco años.

Así los científicos concluyeron que la contaminación era un factor de riesgo para todos los tipos de dolor de cabeza, aunque se tengan en cuenta la influencia de la edad, el sexo o la estación.

Por ello, ahora se realizan trabajos para determinar si el uso de mascarilla debe prolongarse ahora por otras razones médicas que estén alejadas del COVID-19.