Consejos para que los niños pierdan miedo a las vacunas

El miedo puede provocar que los niños no acepten las vacunas.
Situación. El miedo puede provocar que los niños no acepten las vacunas.

En octubre inició el proceso de vacunación para niños de entre 5 y 11 años en todo el país.

Con ello, el Gobierno Nacional plantea inmunizar a más de dos millones de menores en este rango de edad.

El miedo que los niños tienen a las inyecciones puede causar inconvenientes al momento de la aplicación de la dosis, por ende, es necesario que conozcan sobre la vacuna y sus beneficios.

Tener contacto físico con su hijo y dejarlo jugar para que se distraiga cuando lo vacunan ayudará a que le duela menos y no tema a las agujas.

La escena es común de un niño llorando, haciendo patalea y sufriendo previo a ser vacunado puede ser porque sus papás están igual o más angustiados pensando en lo que experimentará si lo inyectan.

TOME NOTA 
El Gobierno plantea inmunizar contra el 
Covid - 19 a más de 2 millones de menores.

 

Consejos

  • Es necesario explicarle al niño qué pasará

Lo más importante es que el niño sepa y entienda qué es lo que va a suceder. Hay que evitar engañarlo y explicarle por qué es importante que reciba la vacuna.

De esta manera, se estará transmitiendo la confianza necesaria para este momento de miedo.

  • Evite los apuros

Si el pequeño percibe que tiene una presión por llegar y salir del consultorio rápidamente, probablemente sentirá más estrés y ansiedad alrededor de la situación.

No es aconsejable poner más presión sobre el pequeño.

  • No vestir al niño con ropa gruesa

Evita vestir al menor con ropa muy gruesa, ajustada o que tenga muchos botones. Regularmente, las se colocan en los brazos, por eso deben ser descubiertos con facilidad. Opta por llevar ropa ligera y que sea fácil de poner y de quitar.

  • Buscar distractores

Para niños mayores, puede ayudar a distraerlos durante y después de cada inyección.

Trate de usar música para desviar su atención. Contarles historias o leerles libros también puede ayudar.

Algunos niños mayores se sienten mejor si abrazan a su padre o madre cuando se les administra la inyección.

  • No poner miedos infundados

El miedo a las inyecciones tiene mucho que ver con la educación que se recibe, en la que se suele asociar a las agujas con algo malo, doloroso y con castigos.

Esto condiciona a los niños a temer a las jeringas desde antes de que sean conscientes de la experiencia y puedan recordar el dolor que causan.

Para finalizar hay que estar atento a las reacciones posteriores a la vacuna. Como padres, el trabajo no termina una vez que su hijo ha sido vacunado. Si bien no es probable que tengan problemas después del pinchazo, será bueno vigilar que no tengan ninguna reacción adversa fuera de lo común.

EL DATO
Estar en contacto físico con alguno de los padres mientras se aplica la 
inyección ayuda a los niños a reducir su ansiedad y experimentar menos 
dolor.

 

Una dosis de cariño

Es normal que los niños se sientan raros durante uno o dos días después de recibir las vacunas.

Por eso puede ayudar a su hijo a sentirse mejor prestando un poco de atención adicional, tranquilizando y haciendo que beba muchos líquidos.