Actualmente hemos aprendido a respetar a los animales, incluso, en ocasiones hemos empezado a tratar a nuestras mascotas como si fueran personas, el miembro más importante de la familia.
Cuando se humaniza a un animal se están ignorando sus necesidades reales para darle más importancia a lo que creemos que deben necesitar.
Este planteamiento es erróneo, ya que nuestro punto de vista será siempre el de un humano. Por eso, en la humanización se tiende a tratar a los perros como si fuera niños pequeños o bebés.
Uno de los problemas de humanizar a los perros es que no se les pone límites ni normas. Al querer que nuestro perro crezca feliz, le permitimos que haga todo lo que le apetece sin enseñarle las normas básicas de convivencia.
Todo esto puede terminar en serios problemas de comportamiento que, al final, tendrán que ser tratados por un experto en adiestramiento canino.
Las personas que llevan la humanización al extremo podrían estar sufriendo algún tipo de trastorno psicológico. Uno de los factores que pueden estar detrás de esta distorsión es el desamparo, la soledad, la inseguridad, el vacío emocional o un duelo no resuelto. (RMC)
Consecuencias de humanizar a los perros
- No respeta las normas básicas de convivencia, como no subirse a la mesa o robar comida.
- Es agresivo, si no consigue lo que quiere, se frustra y lo hace saber incluso mordiendo.
- Es muy miedoso y no confía en cualquiera.
- No pasea tranquilo y tira de la correa.
- No obedece ni siquiera a su dueño.
- Comportamiento destructivo del perro.
- El perro puede tener problemas de socialización. Si el animal está sobreprotegido, no aprenderá las normas de convivencia necesarias.
- Los perros humanizados tienen más riesgo de padecer sobrepeso. Estas mascotas comen todo lo que quieren, pasean en carritos de bebés y no hacen todo el ejercicio que deberían.