Carga mental femenina: el estrés tiene género

La carga mental tiene género, las mujeres son las que más la padecen.
ESTRÉS. La carga mental tiene género, las mujeres son las que más la padecen.

Está normalizado que las mujeres se hagan cargo de todas las labores domésticas, a pesar de su jornada de trabajo, se ven forzadas a hacerlo o se sienten socialmente obligadas. Tener una doble jornada puede llevarlas a la sobrecarga.

Según un estudio de ‘Próxima a ti’ de P&G, el 71% de las mujeres sufre carga mental, y solo el 12% de los hombres lo experimenta.

La carga mental femenina se produce por la excesiva gestión de tareas domésticas que deben cumplir las mujeres, se da con más frecuencia en las relaciones.

Aunque se está produciendo un cambio notable en la sociedad, aún hoy: la logística, planificación, coordinación y toma de decisiones en el hogar, incide más en las mujeres que en los hombres, y esta situación se intensifica con la maternidad.

 

No es un trabajo reconocido

Como es un trabajo mental y cognitivo en el ámbito privado, no está cuantificado, es en gran medida invisible, por lo tanto, no suele ser valorado por parte de los miembros de la familia, y en ocasiones ni por la propia mujer, hasta que el grado de malestar sobrepasa un límite que es difícil de ignorar.

 

TOME NOTA
Es recomendable comenzar a relajarse una o dos horas antes de acostarse 
a dormir para tener un sueño más productivo.

 

Genera un sentimiento de sobrecarga

De no poder llegar a todo lo que se tiene que atender. Este es un factor crucial, junto con la percepción de falta de control e impredictibilidad, y contribuye a un incremento de percepción subjetiva de estrés.

El resultado es que disminuye el grado de percepción de autoeficacia y afecta de un modo notable a la autoestima.

Las mujeres en el contexto del hogar, condicionadas por las normas de género femeninas, vivirán con elevado estrés por no cumplir las expectativas y no llegar a realizar las tareas autoimpuestas.

 

Es un trabajo poco gratificante

El tipo de tareas y demandas en el ámbito familiar y doméstico, conlleva a afrontar contratiempos, esfuerzos emocionales, solución de problemas, conflictos y dificultades que, si bien constituyen sucesos menores, de moderada o baja intensidad, al ser frecuentes y cercanas, tienen una gran significación para la salud de las personas.

Por otro lado, son actividades que no suelen generar la percepción de logro, de avance personal o de recompensa.

Y al ser experiencias repetitivas e incontrolables, afectarán al bienestar, propiciando determinadas enfermedades físicas, psicofísicas o trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión.

 

Siete maneras para ayudarte a lidiar con el estrés:

1.- Identifica los factores que te provocan estrés. Utiliza un diario para identificar qué situaciones te generan mayor estrés y cómo respondes a ellas. Registra tus pensamientos, sentimientos e información sobre tu entorno, inclusive las personas y circunstancias involucradas, el espacio físico y tu reacción.

2.- Establece límites. Realiza una lista con los proyectos y compromisos que te están haciendo sentir abrumada. Evita aceptar más compromisos hasta que sientas que tu estrés está bajo control.

3.- Acude a tu sistema de apoyo. Acércate a tu familia o amigos. No necesitas enfrentar sola las circunstancias desafiantes de la vida.

4.- Comprométete con tu salud. Haz lo que puedas para mejorar tu salud y tener la energía y fuerza suficientes para enfrentar tus desafíos. Un pequeño paso, cómo reducir los refrigerios excesivos, puede tener un efecto positivo. De manera similar, una caminata rápida u otra actividad aeróbica puede aumentar tus niveles de energía y de concentración y disminuir los sentimientos de ansiedad.

5.- Controla tus dispositivos. Las personas que consultan constantemente su email o redes sociales suelen manifestar más estrés. Date un recreo los fines de semana o en las tardes. Apaga tu teléfono antes de acostarte a dormir.

6.- Mejora tu calidad de sueño. Las mujeres que tienen estrés crónico suelen sufrir por la falta de sueño adecuado y, en algunos casos, el insomnio inducido por el estrés.

7.- Busca ayuda adicional. Si sigues sintiéndote abrumada o tienes problemas para lidiar con tu rutina diaria, busca ayuda de un profesional de salud mental con licencia, como un psicólogo.