MADRID (EUROPA PRESS) · Un estudio del Hospital del Suroeste de Chongqing (China), publicado por la revista ‘Science Bulletin’, revela que la alimentación restringida en el tiempo podría ser una herramienta para reducir la fatiga.
Los expertos señalan que la fatiga es cada vez más frecuente en las sociedades industrializadas, lo que pone de manifiesto la urgente necesidad de intervenciones clínicas y de estilo de vida eficaces.
Se manifiesta como una disminución de la resistencia muscular, la fuerza y una sensación persistente de agotamiento, a menudo asociada a alteraciones del ritmo circadiano. A pesar de su impacto generalizado, los mecanismos moleculares que subyacen a la fatiga siguen siendo poco conocidos.
Estudios recientes han descubierto las bases moleculares que determinan la variación diurna de la resistencia muscular y han identificado intervenciones nutricionales circadianas que mitigan las disfunciones musculares y cognitivas en roedores.
En particular, la alimentación restringida en el tiempo ha demostrado una eficacia significativa en la reducción de la fatiga por sus efectos tanto en el cerebro como en los tejidos musculares. Así pues, señalan que la nutrición circadiana resulta prometedora como intervención en el estilo de vida para combatir la fatiga.
La regulación circadiana de la fatiga muscular y las disfunciones cognitivas asociadas a la fatiga es crucial. La alimentación restringida en el tiempo (TRF) implica limitar la ingesta diaria de alimentos a una ventana específica, creando un ciclo intermitente de alimentación-ayuno. Cada vez hay más pruebas de que la alimentación restringida a la fase nocturna/activa (NRF), similar al ayuno intermitente en humanos, alinea el ciclo de alimentación-ayuno con el reloj circadiano, previniendo las enfermedades metabólicas inducidas por la dieta en ratones.