Son las 11:00 del miércoles 18 de mayo de 2022, Nataly Rosero tiene que ir hasta la avenida 13 de Abril, en Ambato, para dejar que le pinten unas prendas de cuero.
Guarda su celular y acomoda su mochila lo mejor que puede para evitar llamar la atención de alguna persona, mientras camina por el lugar, que en ese momento está completamente desolado, un sujeto se le acerca y va de frente a ella, por eso decide cambiarse de vereda y pide a Dios que no le pase nada.
El sujeto pasa, la queda viendo y le dice un par de improperios que la dejan todavía más nerviosa de lo que ya estaba.
Para su buena suerte, o como dice, gracias al cuidado de su ángel de la guarda, el sujeto sigue su camino, ella hace la diligencia pendiente y, aunque solo tiene que ir hasta la Eeasa decide tomar un bus y bajarse en la parada del parque 12 de Noviembre.
“La mirada y todo lo que me dijo ese hombre me dejaron paralizada y con los nervios de punta, ese lugar es cada vez más peligroso”, dijo Nataly.
CIFRA: 9 EDIFICACIONES Están en venta a lo largo de la avenida 13 de Abril.
Testimonio similar es el de José Mantilla, quien no corrió con la misma suerte, pues al intentar bajar las gradas que conectan a la 13 de Abril con la calle Castillo le robaron su maleta, el celular y la billetera.
“Desde el colegio he bajado por esas gradas para ir al centro, pero ahora me da terror que mi familia baje por aquí porque no sabemos si nos van a robar o si nos van a hacer daño por no tener lo suficiente para los ladrones”, puntualiza el hombre de 32 años.
Moradores
“Dale con el pico de botella”, “con el cuchillo de una vez”, “ahórcalo”, “reviéntale la cabeza contra el piso”, entre otras son los gritos que se escucharían durante las constantes riñas callejeras que hay en el lugar.
Los vecinos del sector señalan que los sectores más peligrosos a lo largo de la 13 de Abril, son los que están cerca de la llegada a la calle Mera, así como los que colindan con el viaducto la Yahuira.
“Aquí las riñas callejeras son de casi todos los días, por lo menos una pelea fuerte, pasando un día, se escucha en las noches, la zozobra es terrible”, dice William, quien vive en la zona ya más de 20 años.
Algo similar menciona Ismael, de 46 años, quien recuerda haber vivido en este lugar desde que nació, y como es hijo único, ahora sigue en la casa de sus padres, a quienes cuida, junto a su esposa y uno de sus hijos, pues los otros dos ya hicieron sus propios hogares.
“Antes mi papito abría la puerta y en una silla se sentaba en las tardes a tomar un café o jugar cartas, mientras mi mami tejía, pero dejaron de hacer eso por el miedo y ahora hasta aldabamos con doble seguridad, porque ya se nos han intentado meter a la casa”, dice el comerciante.
TOME NOTA Los habitantes de la zona aseguran que el problema se recrudece pasadas las 18:00.
Piden más apoyo
María Inés también vive en la zona desde hace varias décadas y comenta que ahora prefiere subir comprando todo desde el centro para evitar salir a comprar en las tiendas que hay en la zona.
“Por aquí siempre pasan los patrulleros y la verdad sí han venido cuando se los llama para que controles las riñas, pero este es un mal de todos los días y es complejo controlar todo”, dijo la mujer.
Sin embargo, Tarquino Pérez, quien vive en la zona, comenta que sí es necesario que haya más patrullajes, pues la gente que vive en el lugar comenta que el miedo no los deja ni dormir bien.
“Pasadas las 18:00 aquí no se ve a casi nadie, el miedo es más y es preferible estar en casa para evitar estar en el lugar y a la hora menos adecuada con tanto delincuente que hay en nuestro barrio”, dice Tarquino.
Así este barrio tradicional de Ambato cada vez más se ve sumido en la zozobra que genera el alto índice delincuencial. (NVP)
Análisis
América Latina y el Caribe tiene un 8% de la población mundial, pero aporta con alrededor del 31% de sus homicidios.
Con este antecedente el sociólogo Vicente Ordóñez, comenta que el problema de la delincuencia no es una cuestión de un lugar en específico sino de toda la región.
Explica que si bien es cierto este es un problema generalizado, las autoridades no pueden quedarse con eso y deben tomar acciones que apunten a la solución integral de la raíz de este problema social.
Mejorar las condiciones de vida, a través del acceso a la educación y al empleo digno, son dos formas en las que se puede hacerle frente a este problema.
Ordóñez puntualizó que la presencia del narcotráfico encrudece la violencia en toda Latinoamérica y Ambato no está ajena a esa realizada.
Recordó que en la región se estima que un 30 por ciento de los homicidios se deben al crimen organizado, por ello recalca que ese es otro punto al que tiene que ‘atacar’ el gobierno para mejorar la situación de seguridad.