Mary Verduga
TEXTO
En su carro, un Mercedes Benz clico, con las puertas en sentido contrario y modelo original encontramos a Alejandro Guaspirama Enruez, un hombre legendario que recuerda al Santo Domingo de hace 65 as como si fuera ayer.
«Un arquitecto de la vida», no solo por su profesi, sino por lo que ha realizado durante su tiempo de estad en la hoy ciudad de Santo Domingo de los Colorados.
Llega esta ciudad cuando ten 13 as, cuando hab que transitar en mula para llegar a los lugares m alejados; su edad no le permit medir la dimensi de lo que suced junto a su madre y hermanos hicieron de Santo Domingo su hogar.
Llegdesde San Gabriel de Tulc, salipor el sector de San Juan de Quito para tomar la carretera que conduc a esta ciudad por Chiriboga hasta Tandapi; luego arriba Santo Domingo.
El recuerda que la carretera funcionaba para un solo vehulo, es decir, que por la mana bajaba desde Quito, y en la tarde sub; en ning lugar del camino hab co hacer doble v. Adem, era de tierra y poca piedra, lo que volv difil el trsito.
Los vehulos llegaban al parque; alldaban la vuelta, pues en ese tiempo no hab otras carreteras abiertas, solo caminos que conducn a Manab Esmeraldas y Guayas.
Los vehulos, seg Rodruez, hacn el viaje en 6 y 7 horas. Los carros eran de tipo mixto, es decir, tenn dos filas y caj para la carga.
Con nostalgia recuerda el primer hotel que se formen la ciudad, el de la sera Mida Carvajal, donde todos los viajeros se hospedaban.
«Todos los visitantes venmos a trabajar, amos mineros de caucho y cascarilla, productos que intercambiamos con los paes aliados a los Estados Unidos», recuerda.
Eran horas y horas de camino, por montas y sectores lodosos, hasta llegar a la Cocha-Tambo, un lugar donde las enfermedades eran m propicias de adquirirse; sin embargo, dice que siempre fue una persona sana.
Recuerda a sus comparos de labores Car Garz y Alfredo Garz; su jefe era Timoteo Peralta.
No salen de su mente los rezos de Beatriz Taylor que, por pedido de la due de la pensi, en cada salida hac oraciones para que Dios dirigiera el camino.
El timo recorrido fue en el sector de El Carmen-R Suma, donde hicieron 5 balsas para llevar los productos hacia su destino, el puerto de Manta.
La ciudad como tal
Alejandro Guaspirama Enruez viaja Quito en el a 1947, donde se formen la Escuela de Bellas Artes; allaprendila habilidad de realizar planos. En 1948 volviy se quedhasta la actualidad.
Cuenta que la ciudad apenas ten 50 casas; lo dem eran solo fincas, como la de Los Peralta, Villavicencio y otras familias; en ese a ya Santo Domingo viv transformaciones, el flujo de personas que llegaban desde diferentes sectores era grande. Aumentaron las casas y la gente.
Ya se formaban grupos de gente que trabajaba por la ciudad, que quern el adelanto. El se unia este trabajo y emprendila formaci de la Junta promejoras de Santo Domingo, que era parte de Machachi (Mej).
Poco a poco se iban incrementando otros servicios a la ciudad; uno era el teatro Le, que serv de distracci para la comunidad; adem, se abrn las diferentes carreteras como la v a Quinind una de las primeras trabajadas por el Ministerio de Obras Plicas.
En lo interno las calles como la 29 de Mayo, la 3 de Julio se empezaban a abrir para darle forma a la ciudad.
Su vida en Santo Domingo
Este hombre, oriundo del Carchi y con ascendencia colombiana por su abuelo paterno, llegjunto a su madre y hermanos (era hufano de padre).
Se casen el a 1955, cuando se desempeba como contratista jornalero de la compaa Goetchel.
Al formarse en las Bellas Artes aprendia leer planos, lo que le ayuda cambiar un poco el ritmo de su profesi.
Gustaba de la artesan, lo que comenza experimentar como una labor especial en compaa de su mujer e hijos. Cuenta que lo m importante para fue hacer de sus hijos unos profesionales. Al momento todos tienen un tulo.
Como leedor de planos comenztambi la habilidad en la arquitectura; asapoyen la construcci de casa y edificios que son a parte de la historia de la ciudad.
Su casa estaba ubicada en la calle Galagos. La luz eltrica se la obten por medio de un motor o con candiles, para lo que era muy importante obtener el combustible en la gasolinera Jamancay.
Al momento, este hombre trabaja haciendo carga en su carro Mercedes Benz. En la soledad de su viudez siente nostalgia por la ciudad de los hombres luchadores, que hacn obras sin esperar otra cosa que el adelanto de su ciudad.
«Hoy hay otros intereses; el crecimiento es bueno por las cosas modernas que vienen, pero cuando se dejan a un lado los valores, las cosas pierden inter», dijo.