Síndrome de Down, la inclusión es la meta

Síndrome de Down,  la inclusión es la meta
ORIENTACIÓN. Los niños y jóvenes son preparados para una independencia, realizar varias actividades y poder integrarse al mundo laboral.

El compromiso debe ser también de la sociedad, las instituciones educativas y la familia.


Desde 2011, en que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó al 21 de marzo como el día Internacional del Síndrome de Down, se realizan en el mundo actos que visibilicen a esta población con el fin de incluirlos en la sociedad con sus derechos y sus obligaciones.


El síndrome de Down es un trastorno genético que afecta alrededor de uno de cada mil nacimientos y está catalogado como una discapacidad intelectual que está presente en personas con esta condición.


Sin embargo, hay logros importantes y hoy en día se trabaja en función de sus derechos. “El momento en que se descubrió que más importante que proteger al niño era habilitarlo para que actúe como alguien normal dentro de la sociedad se abrió el camino hacia la inclusión”, declara Isabel Muñoz, directora de la fundación El Triángulo, quien actualmente tiene 150 alumnos con esta entidad.

En busca de una buena adaptación


Dentro del proceso que busca una normalización social, se trabaja por los derechos de estas personas, así como por la creación y la habilitación de conductas adaptativas para que, a pesar de no tener un coeficiente intelectual normal, sean capaces de convivir en sociedad guardando los comportamientos más normalizados que se puedan, indica Muñoz.


Explica que la visión y la educación actuales van especialmente a un cambio que permita que la gente con síndrome de Down tenga un entrenamiento hacia fuera, es decir hacia la vida, con la enseñanza de comportamientos adecuados para que sepan desenvolverse en espacios públicos, estén capacitados para manejar dinero adecuadamente, puedan realizar compras y otras actividades.


Por ejemplo, en la fundación El Triángulo se trabaja por habilitar a la persona para vivir en sociedad. Muñoz asegura que el 60% de su población mayor de 15 años está laborando en empresas privadas y ganando su dinero.

Experiencia en la vida


Los que trabajan han ido “avanzando y normalizando sus conductas para establecer una relación sana, sin compasión y sin pena”. “Quieren ir como sus compañeros de oficina, se visten bien, lustran sus zapatos…”, indica Muñoz, al tiempo que cuenta que como manejan su dinero, salen en grupos a restaurantes, centros comerciales, con la intención de socializar, pero siempre con vigilancia.


La inclusión se da bajo la tutoría de sicólogas clínicas que en todo momento están listas para establecer las mejores relaciones y conductas de cada uno en la tarea encomendada para que trabaje con felicidad y asimismo que las personas de la empresa se sientan orgullosas.


El objetivo es, basándose en una adecuación conductual e incluso intelectual, permitirles que vivan tranquilamente cumpliendo funciones específicas y desenvolviéndose en grupos sociales sin necesidad de que el cuidado o la dependencia sea total. “Siempre hay que vigilar”, puntualiza. (CM)

Desde 2011, en que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó al 21 de marzo como el día Internacional del Síndrome de Down, se realizan en el mundo actos que visibilicen a esta población con el fin de incluirlos en la sociedad con sus derechos y sus obligaciones.


El síndrome de Down es un trastorno genético que afecta alrededor de uno de cada mil nacimientos y está catalogado como una discapacidad intelectual que está presente en personas con esta condición.


Sin embargo, hay logros importantes y hoy en día se trabaja en función de sus derechos. “El momento en que se descubrió que más importante que proteger al niño era habilitarlo para que actúe como alguien normal dentro de la sociedad se abrió el camino hacia la inclusión”, declara Isabel Muñoz, directora de la fundación El Triángulo, quien actualmente tiene 150 alumnos con esta entidad.

En busca de una buena adaptación


Dentro del proceso que busca una normalización social, se trabaja por los derechos de estas personas, así como por la creación y la habilitación de conductas adaptativas para que, a pesar de no tener un coeficiente intelectual normal, sean capaces de convivir en sociedad guardando los comportamientos más normalizados que se puedan, indica Muñoz.


Explica que la visión y la educación actuales van especialmente a un cambio que permita que la gente con síndrome de Down tenga un entrenamiento hacia fuera, es decir hacia la vida, con la enseñanza de comportamientos adecuados para que sepan desenvolverse en espacios públicos, estén capacitados para manejar dinero adecuadamente, puedan realizar compras y otras actividades.


Por ejemplo, en la fundación El Triángulo se trabaja por habilitar a la persona para vivir en sociedad. Muñoz asegura que el 60% de su población mayor de 15 años está laborando en empresas privadas y ganando su dinero.


Experiencia en la vida


Los que trabajan han ido “avanzando y normalizando sus conductas para establecer una relación sana, sin compasión y sin pena”. “Quieren ir como sus compañeros de oficina, se visten bien, lustran sus zapatos…”, indica Muñoz, al tiempo que cuenta que como manejan su dinero, salen en grupos a restaurantes, centros comerciales, con la intención de socializar, pero siempre con vigilancia.


La inclusión se da bajo la tutoría de sicólogas clínicas que en todo momento están listas para establecer las mejores relaciones y conductas de cada uno en la tarea encomendada para que trabaje con felicidad y asimismo que las personas de la empresa se sientan orgullosas.


El objetivo es, basándose en una adecuación conductual e incluso intelectual, permitirles que vivan tranquilamente cumpliendo funciones específicas y desenvolviéndose en grupos sociales sin necesidad de que el cuidado o la dependencia sea total. “Siempre hay que vigilar”, puntualiza. (CM)

Fecha especial


La fecha elegida no es casual, hace referencia al cromosoma extra, es decir 3 en lugar de dos, que caracteriza a la afección genética conocida como Trisomía 21, que se da en el par 21. El juego de 21/3 da lugar a la fecha 21 de marzo.

Síndrome de Down,  la inclusión es la meta
REALIDAD. La educación y capacitación permanente, a cargo de profesionales especializados, permite conseguir grandes avances.

Un llamado especial


En este día es importante hacer un llamado a la familia para que dejen de lado la preocupación y sobreprotección e incluyan a sus hijos a la sociedad, afirma Isabel Muñoz, directora de la fundación El Triángulo.

“Que no les dé pena ni vergüenza, que superen esos sentimientos, porque no se puede querer incluir encerrando a las personas o teniéndolas limitadas de lo que la sociedad está viviendo”.


Agrega que las familias deben tener sueños y metas desde que el niño nace, porque pueden ser grandes deportistas o artistas. “No es pecado soñar “, añade.


Además, aboga por que la sociedad abra las puertas y que las instituciones de educación especial, las familias con hijos con síndrome de Down aporten con personas habilitadas para convivir.


Pablo Pineda, un profesional

Es un español de 41 años con síndrome de Down y con un diplomado en Magisterio de Educación Especial, quien recorre el mundo dictando charlas de motivación bajo el lema: ‘Los demás me pueden poner límites, yo no’.


“Esta es una persona que tiene el privilegio de contar con una familia que hace 40 años tuvo una visión diferente de la discapacidad y se dedicó a educarlo en escuela pública para afrontar la inclusión. No le dieron haciendo las cosas y ha vivido en una sociedad que le ha permitido hacer lo que ha hecho…”, comentó la directora de la fundación El Triángulo.


Detalles
Lo que debe saber

El síndrome de Down es una alteración genética por el aparecimiento de un cromosoma extra en el par 21.

El cuerpo humano está conformado por células que tienen cromosomas que son los que llevan la información genética.

Todos los seres humanos tienen 46 cromosomas, pero aquellos con síndrome de Down tienen 47.

Entonces el cromosoma extra causa problemas con la forma cómo se desarrolla el cuerpo y el cerebro.

Además, impide que el desarrollo físico sea más lento de lo normal.