Regreso de los muertos, ‘es más tradición que verdad’

COSTUMBRE. El traslado de los difuntos tiene diversidad de matices.
COSTUMBRE. El traslado de los difuntos tiene diversidad de matices.

El pueblo negro, en la ‘provincia verde’, tiene sus leyendas y creencias sobre que los muertos regresan a ‘recoger los pasos’.

Y aunque esto forma parte de su cultura y tradición, para Luisa Quiñónez, moradora de Esmeraldas, todo pasa por una cuestión mental. “Si tengo una actitud negativa, de miedo, seré traicionada por esos temores y viviré pensando en que los finados me asustarán”, refiere.

La novena es un ritual en el que los participantes del velorio rezan por nueve días en el lugar donde se llevó a cabo el velorio. El fin, explica, es asegurar la partida del alma del difunto y ayudarlo a encontrar su buen destino.

Al respecto, piensa que es cuestión de tradición, algo heredado de los ancestros.

El Dato
Los negros de Esmeraldas se caracterizan por no desechar las costumbres de sus ancestros.

Betty Véliz Betancourt, habitante de Esmeraldas, está de acuerdo con la tesis de que quien fallece, no retorna; sin embargo, le da crédito al poder de las almas para ayudar a sus familiares. “Tengo mucha fe en mi padre y mi padrastro, fallecidos”.

Levantar las tumbas

Según las costumbres de los negros, en el momento de levantar las tumbas al final de las novenas, las suspenden, abren las puertas y apagan las luces, porque se tiene la idea de que el espíritu o el alma estuvo en su interior.

“Aquí se nota que existe un contrasentido, porque la novena se hace para que el ánima se vaya a descansar en paz, no entiendo entonces como es eso de que después del novenario, los muertos siguen visitando a los vivos. Para mí, eso es tradición y nada más”, dice Quiñónez.

Al respecto de si existe el infierno y la gloria, aduce que son creencias y tesis que sostienen varias de las corrientes religiosas, pero que jamás podrá ser demostrado.

Traslado de difuntos

Al lado del ataúd colocan un altar, ponen a la Virgen, al Niño Dios, un Cristo y lo adornan con sábanas blancas, flores y mariposas, que representan los espíritus de los finados.

Son diversas las manifestaciones culturales durante los velorios y traslados. Por ejemplo, hay ocasiones en que se lleva a los difuntos hacia el cementerio con música, deleitando las canciones que le gustaban al ser amado.

En otros casos, en el camino al camposanto suena la marimba. También entonan los tradicionales alabados, que son tonalidades con una alta dosis de nostalgia.