Me llama poderosamente la atención esa gran confusión, abrumadora diría yo, en torno a un concepto tan utilizado por todos como es la libertad. En mi ámbito, con una simple pregunta sin muchas pretensiones, me encuentro con los registros más insospechados. Al insistir, percibo una auténtica desorientación sobre esta cuestión. Por otro lado, también en lo referente a otros conceptos se publican apuros semejantes para los encuestados. Geografía, resolver quebrados, leer e interpretar textos, pueden servir de ejemplos.
Si esa confusión es real la cosa puede ser preocupante. Por sí misma, al no saber que tipos de libertad tiene uno a su disposición. Y por empobrecimiento cultural, ya que son diferentes los matices vivenciales de los cuales va uno a prescindir, sin más, por ignorancia. Claro que, si unicamente se van a ejercer las libertades por puro instinto, eso es otra cosa.
Sin ánimo de ser exhaustivo, enumero simplemente media docena de caracteres relacionados con formas peculiares de libertad.
Libertad enajenada
Un puro impulso poco o nada consciente. Agresiva en ciertos momentos o, como mínimo, incontrolada.
Viene a ser una forma de actuación rutinaria o instintiva en la que uno no se involucra demasiado en los problemas derivados de la actuación. Su incidencia es tan alta que los ejemplos se multiplican.
Libertad participativa
Podemos afirmar que uno entra o no al trapo. Surgen menesteres variados, profesionales, familiares, vecinales y una larga lista diaria de funciones en las cuales podemos estar presentes. Acudimos a esas actividades o no, pero con un impulso suave, con frecuencia ambivalente y muy dominado por el interés.
Ese aspecto interesado y su poca intensidad suelen restarle valor.
Libertad comprometida
Aquí domina una decisión previa, la de implicarse con todo el armazón que uno lleve encima. Esa fuerza desarrolla mayor intensidad de resultados con evidentes repercusiones positivas.
Tiene tambien rasgos menos encomiables porque no es infrecuente observar como el compromiso obtura la mente y van diluyéndose los razonamientos. Puede convertirse en una obcecación y caer en errores importantes. ¡Tantas afiliaciones poco recomendables y sin autocrítica!
Libertad artística
En un sentido amplio se abre creativamente a todos los horizontes de la persona.
Actualmente con decir que todo es arte se anula esta libertad imprescindible. Necesitamos de forma imperiosa recuperar las aperturas y superaciones artísticas en cada faceta de la vida.
No se trata de una esfera inalcanzable, el arte en cada profesión, en la familia, en la política ¿?…es una carencia que se nota demasiado.
Libertad real
Por mucho que digan los agoreros de turno que no hay manera de saber qué es la realidad, no vamos a caer en la trampa, suprimen todos los asideros y así pretenden crear una justificación para todo.
Existen una serie de circunstancias constituyentes, cósmicas, físicas, psíquicas… constitutivas de nuestras esencias. Será una discusión abierta a posibles descubrimientos, pero no podemos escapar de esas características.
Por eso sólo habrá libertad si no está basada en puras elucubraciones o impulsos, si está ligada a esos aspectos de la persona que son insoslayables.
Libertad intrascendente
Aquella que no provoca conclusiones relevantes, da lo mismo hacer una cosa u otra. Al no provocar secuelas significativas no exige tampoco demasiadas reflexiones.
Basta con mirar hacia uno mismo, con harto pesar se detecta una excesiva abundancia de acciones libertarias en los niveles más simples, más instintivos. Estas auto-interrogaciones pueden llegar a deprimirnos si son muy sinceras las respuestas.
Pero la compensación estalla cuando uno se ve envuelto en las formas de proceder más constructivas, con matices de creatividad e incluso con momentos excelsos. Esos que merecen la pena porque se dirigen a lo más real y significativo de nuestras esencias.
Son vaivenes de la vida y ellos permiten salir de la pasta amorfa, engrudo faltal en el que demasiadas veces vemos que circula esta sociedad, en otros términos tan avanzada.
De lo anterior se deduce que no soy un ferviente admirador de una LIBERTAD con demasiadas mayúsculas. Por abstracta, puede llegar a ser un simple vehículo de opresión. Es más bien en el terreno de lo concreto, de la realización de cada persona, donde radican las mejores virtudes humanas, que exigirán educación, entrenamiento y altura de miras.
Rafael Ortola
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