BRASILIA, AFP.-
Cabellos rasta bien cuidados, traje y corbata elegantes, documentos bajo el brazo y guitarra ajustada a la espalda: el cantante y actual ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, de 61 as, no pasa inadvertido en su pa, donde los fans le piden autrafos llamdolo «Ser ministro».
Seis meses despu de aceptar el cargo de ministro de Cultura, Gil dice haber aprendido a combinar sus funciones oficiales con su carrera arttica. «Existe una interacci entre los dos roles y el hecho de seguir cantando refuerza mi acci ministerial», aseguren una entrevista con la AFP.
Gil, padre del «tropicalismo», el movimiento musical de mediados de los ’60 que impregnla mica local de influencias extranjeras, ha pasado a ser el ministro brasile m conocido dentro y fuera de Brasil.
Apenas difundida la integraci del gobierno del presidente Luiz Inacio «Lula» da Silva, Gil se convirtien blanco de los prejuicios: el cantante de Bah so podr ser un ministro diletante, afirmaban sus detractores.
Para silenciar las voces desfavorables, el nuevo ministro se puso ridamente en acci. A pesar de la escasez de presupuesto, Gil emprendiuna profunda reforma en su ministerio para extender su campo de competencia a sectores como la cultura digital y para que la cultura sea «un factor de inclusi social».