Últimamente en el país y en el mundo se está hablando sobre el cuidado y el respeto al ambiente, a la biodiversidad, al suelo, al agua; es decir, a la vida.
Lo que no han tomado en cuenta las autoridades y todos los defensores de estos válidos temas de nuestro Ecuador, son las inconsistencias que echan al traste sus iniciativas.
Hablan del respeto a la vida y permiten, auspician, festejan uno de los más execrables atentados contra la vida, las corridas de toros.
Cómo pueden defender y rasgarse las vestiduras tratando estos temas cuando se aplaude la masacre que se produce año tras año en un monumento a la violencia que es la plaza de toros, “Jesús del gran Poder” ( que pensaría Jesús al ver que esta masacre lleva su nombre) ; cómo pretenden educar y concienciar a las nuevas generaciones sobre el respeto a la vida con sus implicaciones si una vez al año, estos niños, niñas y jóvenes, ven a sus padres y a las autoridades alabando este crimen o lo que es peor, muchas veces forman parte de esta apología a la crueldad llevados por sus padres.
Estas son las inconsistencias que hacen que las cosas no se realicen eficientemente o mejor dicho que no se realicen, estas son las cosas que nos mantienen con tan pobres niveles de desarrollo en todos los aspectos.
Esperemos que este movimiento ciudadano que ha surgido en el país y la Asamblea Constituyente velen por dar coherencia a las actividades en pro de la patria y sobre todo a la más importante: el respeto a la vida en todas sus manifestaciones.
Francisco Garces, periodista
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