El parque El Ejido de Quito se convirtió en un corredor de drogas

LUGAR. El comercio en el bulevar sirve de camuflaje para los expendedores de sustancias ilícitas.
LUGAR. El comercio en el bulevar sirve de camuflaje para los expendedores de sustancias ilícitas.

En lo que va del año, la Policía atrapó a 15 microtraficantes que operaban en el sector, en el norte de la ciudad.

Adultos y jóvenes de diferentes edades caminan todos los días por el bulevar de la avenida Patria, a un costado del parque El Ejido. Allí, entre comerciantes y artesanos se camuflan los ‘brujos’, como se les denomina a los micro expendedores de sustancias ilícitas.

“Uno tiene que estar pendiente a los vendedores que andan con maletas y ponen sus puestos en la calle con telas. Por lo general hacen contacto visual con jóvenes y así les reconoces”, dice Martín P. (nombre protegido). Él estudia en la Universidad Católica y cuenta que compró marihuana en este corredor en “dos o tres ocasiones”.

Según explica, es un lugar “discreto y fácil para comprar” pues, por lo general, quien expende estas sustancia lo hace “haciéndose pasar por artesanos o mochileros”.

Control

Fue precisamente en ese sector en el que operaba una banda de microtráfico que fue capturada en febrero por la Policía Antinarcóticos.

En ese mes, se realizó el operativo ‘Mártir 2’ con 10 allanamientos simultáneos en La Forestal, Chiriyacu y Confiteca, ubicados al sur de la ciudad.

Según informó la Fiscalía, se necesitaron cuatro meses de seguimiento para identificar a las 15 personas, ecuatorianas y extranjeras, vinculadas en el expendio de narcóticos. En este operativo se incautaron alrededor de cuatro kilos de drogas. Entre estos, al menos un centenar de dosis de marihuana estaban listas para su expendio.

Pese a esta acción las denuncias no han parado. La artesana Luisa B. (nombre protegido) comenta que, si bien el último mes se ha visto mayor presencia policial, “hace falta que sea fija para terminar de una vez por todas con estos casos”.

“Cuando pasan en moto los policías solo se hacen los locos. Actúan como vendedores normales”, dice. “Una no les delata porque trabajamos aquí. Prefiero no meterme en problemas con esas personas”.

Explica que una de las formas que tienen de camuflar las dosis es esconderlas entre las hierbas o en la tierra para que, “en el caso de que les revisen, no encuentren nada”.

Sebastián Álvarez, universitario de 22 años, comenta que la solución “más eficaz” sería destinar policías que hagan presencia permanente en este bulevar y así detectar a quienes se dedican al expendio.

“Incluso por la seguridad de las personas que caminamos por esta zona seguido se debería aumentar la presencia policial para nuestra protección”, manifiesta. (ECV)

EL DATO

Más de ocho colegios y tres universidades se encuentran en los alrededores del Parque El Ejido.