Por Gabriel Rubio
SAN SEBASTI, Espa, AFP
El narcotrico tuvo un gran desarrollo en Colombia, en buena parte, gracias a la visi formada en los as 80 en que se le ve como «sinimo de insurrecci, de rebeli», afirmel cineasta colombiano Vtor Gaviria en una entrevista con la AFP.
En Colombia, algunos «se sienten con el derecho a rebelarse contra ese Estado que los desconoce, que los ha maltratado. Entonces el narcotraficante era visto como una expresi de eso, de antiimperialismo», selGaviria, cuya pelula «Sumas y restas» compite en la secci oficial del 52 Festival Internacional de Cine de San Sebasti.
Sin embargo, esta idica visi es «un disfraz de una empresa delincuencial que conlleva siempre violaci de derechos humanos, desconocimiento de cualquier respeto por el primo, por eso es muy importante hacer esa crica desde adentro que no la hemos hecho», opinel director de «La vendedora de Rosas».
«Sumas y restas» es precisamente una reflexi sobre lo que ocurrien aquellos as 80 cuando el narcotrico «inund literalmente a Medell, ante una ciudadan que prticamente lo ve como algo normal, que llega pensar que «era la soluci para los problemas de Colombia».
La pelula es la historia de Santiago (Juan Uribe), un vendedor inmobiliario, que comienza por vender terrenos a «traquetos» (narcotraficantes llamados aspor el ruido de las ametralladoras), pero poco a poco su deseo de ganar m y m rido le har entrar cada vez m profundamente en ese mundo.
A Gaviria le llamaron la atenci las relaciones que en aquella oca establecn gente de clase media-alta con nuevos ricos que llegaban de lo m bajo de la sociedad gracias al narcotrico.
Gaviria defendique su cine muestre los problemas que se viven en Colombia que «estsiempre convulsionada».
«Esos lugares donde el pa transcurre desde la ilegalidad (guerrilla, paramilitares, narcotrico) existen y son innumerables (…). Si lo hacemos as no es por amarillismo, ni porque estemos enamorados de la violencia o de la ilegalidad sino porque si tenemos la oportunidad de hacer una pelula tenemos que aprovecharla para hablar de ello», concluy