Andrés Neuman: ‘El ideal sería que cada libro fuera el primero y el último’

AUTOR. Es narrador, poeta, traductor, bloguero y columnista.
AUTOR. Es narrador, poeta, traductor, bloguero y columnista.

Redacción Ávila,
EFE

El escritor hispano-argentino Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977) intervino en el ciclo ‘Literarios 2019-2020’, en la Ávila, con la charla titulada ‘Palabras de cuerpo entero’.

Teniendo en cuenta la versatilidad de géneros que maneja Neuman, el autor de ‘El viajero del siglo’ dijo no aspirar a “la comodidad”, de ahí que le guste “cambiar de género” con el objetivo de “perder sobreentendidos y ganar asombros”.

“Me estimula pasar de una novela a un libro de poemas o de un libro de poemas a otro de piezas breves”, contó, en referencia a su último trabajo, ‘Anatomía sensible’, que “comparte algo con el ensayo, la poesía y el relato”
.
Desde su punto de vista, es un libro que “trata de redefinir la belleza del cuerpo y qué es hoy en día un cuerpo deseable”.

Amor por la palabra

Preguntado por cuál es el género con el que mejor se siente, Neuman reconoce que se siente a gusto “solo cuando” pasa «de uno a otro género”, ya que no se considera «un especialista».

“Creo que, más que hacer siempre lo mismo para aspirar a que salga cada vez mejor, el ideal sería que cada libro fuera el primero y el último. El primero, porque tenga su dosis de candor y de desconocimiento y atrevimiento; y el último, porque puede ser que no nos quede más tiempo”, argumentó al respecto.

Por ello, resume que, en su opinión, “con esa mezcla de asombro y desesperación, se escriben mejor los libros”, ya que le gusta moverse “en la frontera”.

En este sentido, apunta que una novela “tiene sus dificultades específicas», vinculadas “muchas veces con la paciencia, la lucha contra el desánimo…, tiene algo de alpinismo”.

No obstante, precisa que los géneros de formas breves tienen “sus dificultades específicas, que tienen que ver con la orfebrería, con los desafíos minúsculos o con las sutilezas”.

“Yo no diría que hay géneros más difíciles que otros, pero sí que siento que, en lugar de diferenciarse, se suman y forman una especie de río que es el amor por la palabra», concluyó el autor, de 43 años .