Con el corazón hecho pedazos, Eugenia Lañón, oriunda del cantón Río Verde, provincia de Esmeraldas, acudió a la Policía Judicial de Pichincha a retirar el acta de levantamiento del cadáver de su hijo Alberto Angulo, de 41 años, quien pereció tras recibir varias heridas corto- punzantes, en distintas partes de su cuerpo.
La mujer manifestó que su hijo trabajaba en el oriente y que al parecer el problema se dio cuando él y otro compañero fueron sorprendidos por indígenas presuntamente huaoranis, mientras cortaban algunos árboles.
Los dos ciudadanos fueron atacados con armas corto-punzantes, razón por la que fueron traídos de urgencia al hospital Eugenio Espejo de Quito.
Los galenos manifestaron que la situación de Angulo era delicada, debido a que las heridas comprometieron varios de sus órganos vitales.
Ayer en la madrugada, su cuerpo no pudo más y el hombre murió. Miembros de la Policía Judicial de Pichincha se hicieron presentes y realizaron el levantamiento del cadáver.
En la Policía dijeron que va a resultar difícil dar con los verdaderos culpables, porque aparte de que se trata de un linchamiento, el hecho se registró en una jurisdicción ajena a la de Pichincha.
Ayer ningún miembro de las organizaciones indígenas se pronunció sobre este hecho. Una persona que pidió la reserva manifestó que hay serios problemas entre las empresas petroleras y madereras con los indígenas de la zona, quienes han visto en esta especie de linchamientos una forma de defender su territorio.