La hija de los actores Kim Basinger y Alec Baldwin se ha convertido en la manzana de la discordia de la pareja divorciada que este jueves tuvo que escuchar de un juez la autorización para que Ireland, de 10 años, pueda pasar el Día del Padre con él.
A pesar de las objeciones del abogado de Kim Bassinger, de 52 años, su ex esposo, Alec Baldwin, de 48, ganó la última batalla en una corte de Los Angeles para poder a tener a su hija tres días más durante este mes.
«Ella pelea con uñas y dientes cualquier cosa porque no quiere que él tenga tiempo» para estar con su hija, indicó Vicky Green, la abogada del actor.
De acuerdo a la defensa de Baldwin la ganadora de un Oscar por ‘L.A. Confidential’ en 1997, «es irracional y siempre es antipática respecto al tema».
La actriz que alcanzó la fama por ‘Nueve semanas y media’ en 1986 es inflexible frente a cualquier posibilidad de que Baldwin se reúna esporádicamente con su hija, lo cual «muestra cuán lejos está dispuesta a llegar la señora Basinger para impedir sus visitas», agregó la abogada del actor.
Ni Baldwin ni Basinger se presentaron en la corte, pero el actor habló con la comisionada de la Corte Superior de Los Angeles Maren Nelson por teléfono desde su casa en Nueva York para solicitarle tres días más con su hija, que vive con su madre en Los Angeles. La jueza se los concedió ya que Baldwin no había podido visitar a Ireland en marzo pasado cuando estaba enferma.
El abogado de Basinger, Neal Hersh, había rechazado cualquier posibilidad de extender el número de visitas más allá del 2 de junio, apoyándose en los términos del escandaloso divorcio de la pareja, que acordó entonces arreglar los reemplazos de cualquier visita perdida en un plazo de 60 días.
La pareja, que estuvo siete años casada, se separó en diciembre de 2000 y un año más tarde inició una dura batalla por la custodia de Ireland.
Basinger acusa a Baldwin de usar su carrera de actor como excusa para no reemplazar los días perdidos antes del 2 de junio. «Los actores también tienen que vivir bajo reglas», dijo Hersh.
Sin embargo la jueza determinó que ambos padres eran en parte responsables de las dificultades para cumplir con los días de visita debido a sus ocupadas agendas.