BARCELONA, España, AFP
Una profunda conmoción causó la noticia de la inesperada muerte de Miguel ‘Angá’ Díaz, uno de los percusionistas cubanos más prolíficos de su generación y uno de los mejores del mundo, que falleció de un infarto a los 46 años.
‘Angá’ Díaz murió el miércoles en su vivienda de Sant Sadurní, pueblo tranquilo en Barcelona, donde vivía y daba clases de percusión.
Uno de los puntales de la rítmica afrocubana de los últimos tiempos, tocó con una multitud de estrellas de jazz, desde Chucho Valdés, Chick Corea a Steve Coleman, Roy Hargrove, Minino Garay, Chano Dominguez y Herbie Hancock, entre otros.
Obtuvo merecidísimos Grammy, su participación en proyectos importantes como el Buena Vista Social Club y la Afro-Cuban All Stars, su acercamiento con Tito Puente, Herbie Hancock, Santana o Danilo Pérez y su pertenencia a formaciones legendarias como Irakere.
Angá estaba en ebullición y hasta último momento, no dejó de latir, de buscar nuevas formas de expresión musical, investigando fusionar estilos diferentes, como el jazz, los sonidos africanos, el rock y el hip hop.