Salvar un árbol

Muchos hemos visto llegar a la ciudad grandes camiones cargados de palmas adultas, pero nunca hemos visto que a un árbol nuestro lo trasladen por preservar su vida. Eso cambió.

El viernes pasado a las 17h00 empezó la misión de trasplante de un árbol de mango ubicado en la vía Quito, el cual debía ser retirado para continuar parte de la tan anhelada obra de ampliación a cuatro carriles, desde el redondel “Sueño de Bolívar” hasta el sector KFC. Cumpliendo con el cronograma la obra avanza rápidamente, en su respeto por la naturaleza el apoyo de la constructora, la EPCO, técnicos de la Prefectura y ciudadanos se unieron para poder salvar el árbol y darle un nuevo espacio para vivir.

Fue una misión titánica, hubo momentos que parecía que no se lograría cumplir el objetivo, el cual terminó a media mañana del día sábado. Las lecciones son varias, pero algo que fue muy claro, es que cuando uno perdía la esperanza otro estaba ahí para buscar una alternativa de solución, y así es la vida, cuando se trabaja en equipo la esperanza, la fuerza, se antepone a los miedos y dudas, definitivamente salvar un árbol es extremadamente complejo, pero vale la pena e intentarlo es necesario, solo cuando no hay opciones la reposición debe ir a la par, pero no es válido no hacer nada.

Los trasplantes de árboles están ligados a evidenciar la existencia de valores sociales, afectivos, respeto de normativa y necesidad de remodelar un espacio, la obra de ampliación avanza dejando una huella especial, una historia alrededor un gran árbol de mango que hoy se levanta en un tranquilo espacio verde, pero sobre todo cerca de nobles personas que lo van a cuidar.

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