La semana pasada descubrí un test de personalidad basado en lo que se conoce como enagrama, el mismo abarca 9 tipos de personalidad agrupados en 3 grupos según su forma de reacción llevada principalmente por: el instinto, pensamiento o sentimiento. Cada enagrama, se vincula además con los pecados capitales, es decir de alguna manera nuestras personalidades tiene una sombra que en el mejor de los casos está adaptada, superada yo diría evolucionada o no.
Luego de tanta información leída que contribuye a ese largo camino de conocernos y reconocernos, me encuentro con un día de pesca, prueba a la paciencia de cualquiera. Mi instructora, una niña pescadora de 9 años que creció en el campo, me cuenta que quisiera operarse los brazos porque tiene músculos apenas marcados por subirse a los árboles, la miro tratando de explicarle hasta con la mirada que ella es especial, que sus bracitos son fuertes y ella tiene habilidades que son admirables, quiere ser cantante y bailarina yo le digo creo que si cambia de parecer puede ser eso y lo que se le ocurra, ella solo sonríe y yo espero que el agua se lleve sus miedos.
En eso, ya me vi sola con mi anzuelo y el tiempo que parecía infinito, mi mente seguía pensando millón cosas a la vez, pensaba que esto de pescar debe ser como meditar y que difícil que para mí y claro ahora entiendo por el enagrama que me corresponde. Mi instructora me dijo: «deje el anzuelo al menos 10 minutos», fue eterno. Los pescadores han labrado su paciencia como pocos, razón por la cual, le invito haga el test sugerido y también salga a pescar, eso sí con anzuelo y nunca con sustancias peligrosas.