Darwin, el ‘huevito’ del fútbol

Trabajo. Darwin Castillo ha retomado los entrenamientos, tras varios meses de inactividad por la pandemia.
Trabajo. Darwin Castillo ha retomado los entrenamientos, tras varios meses de inactividad por la pandemia.

Jugó en las formativas de varios equipos. No llegó al profesionalismo, pero; anhela que sus dirigidos sí lo logren.

En la mente de Darwin Castillo permanecen innatos todos los recuerdos de su niñez. Cuenta que desciende de una familia humilde y que sus primeros partidos los jugó cuando vivía en el barrio Central, en el sector 3 de la cooperativa de vivienda Santa Martha.

Desde muy niño se dio cuenta que tenía afinidad con el balón y a los 10 años de edad integró la selección de la escuela Agustín Aguirre (donde estudió la primaria). Al poco tiempo fue invitado al equipo ‘Juventud en Marcha’ y jugó en el primer Baby Fútbol, donde terminó como el mejor jugador de todo el torneo.

Su preparación como futbolista continuó de buena manera y fue convocado para integrar la selección Sub 14 de Santo Domingo. “Fuimos campeones intercantonales, a nivel de la provincia de Pichincha”, expresó Castillo.

Años más tarde se inclinó de lleno al balompié e hizo una para en sus estudios. El Nacional le dio la oportunidad de integrar sus formativas, donde tuvo como entrenador a Fernando ‘la fiera’ Baldeón y disputó torneos nacionales con la Sub 16.

En la cancha se desempeñaba como volante 5 y adoptó el apodo de ‘huevito’. En el año 2002 fichó para Emelec, donde jugó en la Sub 18 y en reserva, sin embargo; considera que fue una mala decisión dejar a los ‘puros criollos’ para vincularse al ‘bombillo’.

“Tenía 17 años, fue un error porque en la Sierra el ambiente es más tranquilo. Al principio viví en la casa del Club, después fui a la zona sur con unos familiares y el ambiente te desenfoca de lo deportivo, te llena de elogios y críticas. Creo que me relajé un poco”.

Amor. Sus dos hijos y su esposa siempre respaldan su trabajo.
Amor. Sus dos hijos y su esposa siempre respaldan su trabajo.

Transferible

La siguiente temporada estaba en el listado de los jugadores que iban a ser cedidos, o; a su vez podía quedarse en Guayaquil, pero sin contrato. Esta situación lo hizo migrar a la ciudad de Machala para sumarse al Audaz Octubrino, donde las cosas no marcharon bien por los problemas económicos que atravesaba el Club.

A finales de 2003 regresó a Santo Domingo, su propósito era no volver a las canchas y culminar el último año de bachillerato. Sin embargo; en el 2005 retomó la actividad deportiva y jugó Segunda Categoría con Sociedad Deportiva Municipal, “al principio era titular, después entré a la Uniandes y poco a poco perdí espacio”.

Entrenador

Un proyecto universitario se convirtió en su segunda casa. Jaipadida nació en los salones de clases y ahora trabaja entrenando a niños y jóvenes que sueñan con llegar al fútbol profesional.

Castillo mantiene amistad con jugadores que han llegado al éxito, como: Cristian Ramírez, Henry Quiñonez, Moisés Caicedo, Luis Arroyo, Ronald Champag, David Cabezas y muchos más, a quienes tuvo la oportunidad de dirigir.

Años atrás Jaipadida jugó el campeonato amateur, ahora tiene complejo propio en la cooperativa Nuevo Amanecer. En el 2018 y 2019 representó a las formativas del Atlético Santo Domingo.

Anhelo. Castillo trabaja para formar a nuevos talentos en el fútbol.
Anhelo. Castillo trabaja para formar a nuevos talentos en el fútbol.