Sucedió antes. Ojalá que ahora no…

En 1977 la dictadura militar llamó a los notables de las tiendas políticas para elaborar una nueva constitución, votada en referéndum al año siguiente. Entre los que realizaron el proyecto estaban Jaime Roldós y Osvaldo Hurtado. Después, el régimen armó el plan de retorno a la democracia con las elecciones, entre el 16 de julio de 1978 y el 29 de abril de 1979, distancia inusitada entre las dos vueltas.

La dictadura promovió a Sixto Durán Ballén. La izquierda a René Maugé y Camilo Mena. El liberalismo tuvo a Raúl Clemente Huerta mientras que sus facciones disidentes formaron el Frente Radical Alfarista, con Abdón Calderón Muñoz (asesinado luego por orden de la dictadura lo que motivó la distancia de tiempo entre las dos vueltas electorales). Izquierda Democrática postuló por primera vez a Rodrigo Borja.

A Osvaldo Hurtado y Assad Bucaram se les impidió ser candidatos. Al primero porque su partido no estaba reconocido por el Tribunal Electoral y al segundo por la nacionalidad de “Don Buca” (hijo de libaneses, se dijo que se llamaba Fortunato Khoury Buraye, lo que Jaime Nebot Velasco había denunciado años antes).

Así, Concentración de Fuerzas Populares y la Democracia Popular unieron fuerzas con el binomio de Jaime Roldós (casado con una sobrina de Bucaram) y Osvaldo Hurtado, bajo el lema de «la fuerza del cambio”, obteniendo el 68.49% de los votos frente a Durán Ballén.

Lo que inquietó a los votantes fue el rumor en las calles: “Roldós a la presidencia, Don Buca al poder”, que no se cumplió por la pugna de CFP. Roldós se distanció de su mentor político, el viejo caudillo y, al año de su posesión, creó su partido (Pueblo, Cambio y Democracia) con un grupo fiel a su línea, alejándose del partido original. Algo así como la pugna entre morenistas y correístas.

A los dos años, en enero de 1981, sobrevino la crisis de la ‘guerra de Paquisha’, batalla perdida por el Ecuador, que dejó al país endeudado. La gente recuerda el discurso de Roldós en el Estadio Atahualpa antes de su muerte, en un accidente aéreo en Celica (Loja) tras ese evento, el 24 de mayo del 81. Cargando sus restos y participando en su sepultura, nació a la vida política su cuñado, Abdalá Bucaram.

Hay quienes sostienen que ahora pasará lo mismo (por la dispersión y el voto de los jóvenes): “Aráuz a la presidencia y Correa al poder”. La historia señala que esto ya sucedió, pero ojalá que no pase ahora, pero “los que no conocen la historia, están condenados a repetirla”. La solución debe ser el voto meditado, para evitar un nuevo desastre populista.