En el transcurso de nuestras vidas conocemos personas buenas y personas malas, gente que nos ayuda a superarnos y gente canalla que nos roba la ilusión, personas en las cuales hemos confiado tanto y que se han ganado nuestro cariño por sus resultados y otra gente que a pesar de brindar la misma confianza resultaron ser la misma porquería de siempre. El punto es que estas experiencias nos ayudan a tener convicciones claras y relaciones sanas.
Debemos tener en cuenta algo muy importante respecto de las personas que nos rodean, pues ellos quieren vernos bien, pero nunca mejor que ellos, porque a pesar de apreciarnos mucho la envidia y el rencor es el signo principal de todo ser humano. Los sentimientos y las emociones son naturales, la esencia de lo que somos lo expresamos con nuestras acciones, con lo que decimos o con lo que callamos.
A las personas que han sido pieza fundamental en el desarrollo de mi persona les deseo un Mazel Tov, un verdadero gracias porque con sus experiencias y consejos han cambiado mi perspectiva de vida, me han ayudado a sobrellevar las adversidades y han contribuido indudablemente a mi formación como profesional y como ser humano. Mazel Tov a aquellos que con su indiferencia también me ayudaron a entender que no debo confiar en cualquiera.
Mazel Tov también a aquellas personas que estuvieron en mi vida un corto tiempo, a la serendipia favorita que dejó muchas cosas sin concluir pero que seguramente ese fue su mejor final. Nunca entenderé su papel en mi vida, ni cuando acabó todo, pero lo que si sé es que cada persona pasa con un propósito y me siento satisfecho de todo lo que han hecho en mí, no quiero nada más de ellas pues ahora son parte de mi pasado, pero ya no de mi futuro, ocupa su lugar como recuerdo fraterno. A todos ellos Mazel Tov.