Reprogramarnos por la conservación

La economía en la provincia Tsáchila está enmarcada de forma tradicional por el sector comercial y agrícola principalmente, es decir, que similar a otros países de Latinoamérica nos hemos acoplado a generar economía con un fuerte sesgo extractivista, donde hemos deforestado extensos bosques para intervenir los territorios con agricultura comercial y también ganadería extensiva; En nuestro caso, la expansión de monocultivos y ganadería nos dio una ruta de deforestación donde hemos alterado la cobertura boscosa tan característica y emblemática de Santo Domingo.

Es aquí que no dejo de preguntarme: ¿es posible que nuestra fortaleza sea en realidad nuestro territorio conservado y por restaurar, más que la tendencia de intervención y deforestación latente tanto en nuestro territorio como en los países hermanos?, para fines de respuesta con sustento invito a conocer el caso de Costa Rica, que de un día al otro salió de la tendencia y apostó a la conservación, siendo ahora un país modelo de vanguardia en sus esfuerzos de preservación de sus ecosistemas.

Hoy más que nunca muchas ciudades y países se están replanteando su ruta de economía y de vida, y quizás sea momento también de reprogramarnos conociendo lo poco que aún sabemos de nuestra riqueza, como por ejemplo que podemos ser potencialmente destino de avistamiento de aves al igual que lugares reconocidos a nivel mundial como Mindo o que tenemos lugares con variedad de especies de monos que están siendo declaradas a nivel provincial como Áreas de Conservación y Uso Sustentable (ACUS), apostar por la conservación, el ecoturismo y una agricultura climáticamente inteligente, si es un modelo de desarrollo posible de implantar sin salir de nuestro esquema actual pero alineados al Desarrollo Sostenible, es salvar lo que queda y restaurar lo degradado.

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