Miedo colectivo

El miedo nos persigue, es incontrolable y hacemos, decimos y pensamos cosas que nunca sospechamos. El miedo es la sensación más presente en esta crisis.

Al principio tuvimos miedo al contagio la nube del virus, desconocida en sus efectos y consecuencias, se extendía como una mancha. Miedo estremecedor, preparado con películas de mundos que desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, pues a decir de cuentas el miedo enfermar y morirnos nos consume.

Cuando muchas personas se quedan sin empleo, se suma el miedo a quedarse también sin medios económicos y este a su vez se convierte en miedo al futuro. El miedo nos vuelve controlables, lo alimentan a diario en los medios donde decenas de “expertos” nos ponen en alerta, una y otra vez. Expresando que podemos contagiarnos en cualquier momento, con pasar al lado de alguien que lo está, manifiestan que hay informes que dicen que puede haber rebrotes, que mejor es no salir, que nos lavemos y lavemos las manos, que nos alejemos de la gente, que llevemos mascarilla, guantes, “que no podemos obtener” …

Nos dicen que la crisis y el caos social ya están aquí, que pinta mal, que nos preparemos, que seamos prudentes que dejemos de lado, las luchas sociales que por ahora lo primero es preservar la vida, poniendo como precedente al miedo el cual es un arma poderosa de control.

En este tiempo el oportunismo político nos va a hacer tragar cosas que jamás permitiríamos en condiciones normales. El miedo permite que nos monitoreen y controlen nuestros movimientos por una supuesta seguridad sanitaria, el miedo nos vuelve obedientes y silenciosos críticos detrás de un teclado. El miedo nos vuelve denunciantes de balcones y delatores vengativos.

Tiempos adversos se avecinan, y la indiferencia social, con una mezcla de “miedo” de frente a las luchas de los diversos sectores, están a la vanguardia luchas históricas que al final del día convergen en ideales incesantes de mejores días para la presente y futura generación, la cual es realmente el arma más poderosa para trasformar el mundo.

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