Escuchemos

Escuchemos: Quédate en casa. No solo es una indicación mundial para proteger la salud. Cumplámosla para ayudar también a salvaguardar la salud de los demás. Mientras tanto, les invitamos a escuchar y reflexionar sobre algunas de las múltiples enseñanzas que nos está dejando esta mundial pandemia.

Para escuchar debemos abrir nuestros oídos, pero antes tenemos que saberlos cerrar a todos los ruidos internos, aparatos electrónicos, ecos, rumores, que nos dificultan esa escucha. ¿Tenemos capacidad para abrir nuestros oídos y escuchar el ciento por ciento de lo que se nos dice? Antes de la emergencia, que nos ha hecho encerrarnos en casa, habíamos perdido gran capacidad de escucha, que vamos recuperando poco a poco. ¿Cómo la podemos recuperar por completo?

Ya saben nuestra fuente de inspiración: Dios me ha abierto los oídos y yo no me resistí, nos dice la Palabra del Maestro universal, Jesucristo. Estamos agraciados con esta aptitud divina que nos permite recuperar toda nuestra capacidad de escucha, si no nos resistimos; es decir si nos aceptamos como lo que somos: hijos de Dios nuestro Padre y discípulos del Maestro interior que toda persona recibimos por constitución humana desde el inicio de nuestra existencia. ¡Cómo cambiarían nuestras relaciones personales, familiares, si reconociéramos esta capacidad de escucha y otras muchas que tenemos en la antropología de Cristo, desconsiderada por nuestras escuelas, colegios y universidades!

Dios quiere que salgamos de esta pandemia con Vida, con un corazón más puro, amantes de la Verdad, de la justicia y llenos de Amor. Solo hay un Camino para ello: aceptar que Cristo sea respetado en todas las cátedras de este mundo pasajero.

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