RICARDO VERA CALDERÓN
En días pasados se informó desde el MOP que la vía Santo Domingo – Buena Fe, fue entregada en concesión para su mantenimiento y ampliación de dos a cuatro carriles. El contrato fue suscrito con la empresa Santo Domingo CSRD S.A.
La responsabilidad de la empresa será invertir 559 millones de dólares para ampliar a cuatro carriles la vía en un plazo de tres años, y para ejecutar su mantenimiento durante 30 años. A cambio la concesionaria establecerá dos peajes, los mismos que servirán para recuperar su inversión, apalancar el mantenimiento permanente, y generar la respectiva rentabilidad de este proyecto.
A pesar del retraso del Gobierno en iniciar la contratación de este importante proyecto, considero que el modelo de gestión es el adecuado, ya que, al tener déficit fiscal y cuentas rojas en el erario nacional, lo mejor es concesionar.
Sin embargo, se deben revisar si las condiciones son las mejores para el País, puesto que en el medio hay algunas experiencias no tan buenas como la delegación de la vía Aloag – Santo Domingo que deja más dudas que certezas, y una carretera en remiendos por más de 15 años. De lo que hay que estar seguro es que es un negocio muy bueno para quien lo opera, ya que pasan en promedio 16.000 autos / día, lo que garantizará una recaudación importante en peajes. Fundamental será que la empresa concesionada disponga de capitales frescos suficientes para operar el proyecto, lo que ayudará a generar un avance de obra acelerado.
Paralelamente se ha concesionado el eje Buena Fe – Quevedo – Babahoyo – Jujan a otra empresa en un tramo de 130 km, lo que da el derecho a soñar que podemos estar en Guayaquil en tres horas y con mayor seguridad, situación que permitirá dinamizar la economía y minimizar la siniestralidad tan común en esa vía.