Evo y su enemigo Evo

XAVIER MORÁN FERNÁNDEZ

Los sucesos que desencadenaron la dimisión de Evo Morales a la Presidencia de la hermana República Plurinacional de Bolivia, tienen antecedentes directos con la pretensión del exmandatario de quererse perpetuar en el poder, a pesar de haber recibido la negativa del pueblo boliviano en el referéndum de 2016, que fue propiciado por el mismo. No obstante, es importante señalar que en los años de gobierno de este indígena boliviano, cambió el quehacer político del país andino, las distancias sociales se redujeron, se recuperó la altivez y el orgullo de los bolivianos, sin duda fue la otra cara de los gobernantes del siglo XXI.

El crecimiento económico de Bolivia fue constante desde 2006, creciendo según fuentes del Banco Mundial a un ritmo acelerado superior al 4% anual, fundamental para haber reducido la brecha de pobreza en aquella sociedad que era una de las más pobres e inequitativas de la región antes de la asunción de Evo Morales, aquí fue esencial la decisión de haber renegociado con las empresas petroleras “nacionalización de los hidrocarburos”, logrando un incremento sustancial de los ingresos fiscales, que a la vez permitió tener la capacidad económica suficiente para satisfacer e invertir en el área social, beneficiando sobre todo a los grupos más vulnerables de esta nación, logrando consigo mejorar la calidad de vida de los mismos. El escenario político cambio completamente, ya que las hasta entonces clases dominantes “económicas y políticas”, sucumbieron ante el liderazgo y carisma de Evo Morales, quién impulso una mayor inclusión indígena y a su vez una real participación ciudadana, lo que le valió junto al hecho de él ser indígena, una guardada venganza de estos otrora grupos de poder.

Es verdad que Evo quiso permanecer y empotrarse en el poder violando incluso la misma Constitución que fue por el propiciada y aprobada por la mayoría de ciudadanos, mala jugada para alguien que cree en la democracia, al final la tozudez e insistencia de Evo termino siendo enemigo de Evo, a pesar de tener a su lado a un gran Vicepresidente.

[email protected]

XAVIER MORÁN FERNÁNDEZ

Los sucesos que desencadenaron la dimisión de Evo Morales a la Presidencia de la hermana República Plurinacional de Bolivia, tienen antecedentes directos con la pretensión del exmandatario de quererse perpetuar en el poder, a pesar de haber recibido la negativa del pueblo boliviano en el referéndum de 2016, que fue propiciado por el mismo. No obstante, es importante señalar que en los años de gobierno de este indígena boliviano, cambió el quehacer político del país andino, las distancias sociales se redujeron, se recuperó la altivez y el orgullo de los bolivianos, sin duda fue la otra cara de los gobernantes del siglo XXI.

El crecimiento económico de Bolivia fue constante desde 2006, creciendo según fuentes del Banco Mundial a un ritmo acelerado superior al 4% anual, fundamental para haber reducido la brecha de pobreza en aquella sociedad que era una de las más pobres e inequitativas de la región antes de la asunción de Evo Morales, aquí fue esencial la decisión de haber renegociado con las empresas petroleras “nacionalización de los hidrocarburos”, logrando un incremento sustancial de los ingresos fiscales, que a la vez permitió tener la capacidad económica suficiente para satisfacer e invertir en el área social, beneficiando sobre todo a los grupos más vulnerables de esta nación, logrando consigo mejorar la calidad de vida de los mismos. El escenario político cambio completamente, ya que las hasta entonces clases dominantes “económicas y políticas”, sucumbieron ante el liderazgo y carisma de Evo Morales, quién impulso una mayor inclusión indígena y a su vez una real participación ciudadana, lo que le valió junto al hecho de él ser indígena, una guardada venganza de estos otrora grupos de poder.

Es verdad que Evo quiso permanecer y empotrarse en el poder violando incluso la misma Constitución que fue por el propiciada y aprobada por la mayoría de ciudadanos, mala jugada para alguien que cree en la democracia, al final la tozudez e insistencia de Evo termino siendo enemigo de Evo, a pesar de tener a su lado a un gran Vicepresidente.

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Los sucesos que desencadenaron la dimisión de Evo Morales a la Presidencia de la hermana República Plurinacional de Bolivia, tienen antecedentes directos con la pretensión del exmandatario de quererse perpetuar en el poder, a pesar de haber recibido la negativa del pueblo boliviano en el referéndum de 2016, que fue propiciado por el mismo. No obstante, es importante señalar que en los años de gobierno de este indígena boliviano, cambió el quehacer político del país andino, las distancias sociales se redujeron, se recuperó la altivez y el orgullo de los bolivianos, sin duda fue la otra cara de los gobernantes del siglo XXI.

El crecimiento económico de Bolivia fue constante desde 2006, creciendo según fuentes del Banco Mundial a un ritmo acelerado superior al 4% anual, fundamental para haber reducido la brecha de pobreza en aquella sociedad que era una de las más pobres e inequitativas de la región antes de la asunción de Evo Morales, aquí fue esencial la decisión de haber renegociado con las empresas petroleras “nacionalización de los hidrocarburos”, logrando un incremento sustancial de los ingresos fiscales, que a la vez permitió tener la capacidad económica suficiente para satisfacer e invertir en el área social, beneficiando sobre todo a los grupos más vulnerables de esta nación, logrando consigo mejorar la calidad de vida de los mismos. El escenario político cambio completamente, ya que las hasta entonces clases dominantes “económicas y políticas”, sucumbieron ante el liderazgo y carisma de Evo Morales, quién impulso una mayor inclusión indígena y a su vez una real participación ciudadana, lo que le valió junto al hecho de él ser indígena, una guardada venganza de estos otrora grupos de poder.

Es verdad que Evo quiso permanecer y empotrarse en el poder violando incluso la misma Constitución que fue por el propiciada y aprobada por la mayoría de ciudadanos, mala jugada para alguien que cree en la democracia, al final la tozudez e insistencia de Evo termino siendo enemigo de Evo, a pesar de tener a su lado a un gran Vicepresidente.

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Los sucesos que desencadenaron la dimisión de Evo Morales a la Presidencia de la hermana República Plurinacional de Bolivia, tienen antecedentes directos con la pretensión del exmandatario de quererse perpetuar en el poder, a pesar de haber recibido la negativa del pueblo boliviano en el referéndum de 2016, que fue propiciado por el mismo. No obstante, es importante señalar que en los años de gobierno de este indígena boliviano, cambió el quehacer político del país andino, las distancias sociales se redujeron, se recuperó la altivez y el orgullo de los bolivianos, sin duda fue la otra cara de los gobernantes del siglo XXI.

El crecimiento económico de Bolivia fue constante desde 2006, creciendo según fuentes del Banco Mundial a un ritmo acelerado superior al 4% anual, fundamental para haber reducido la brecha de pobreza en aquella sociedad que era una de las más pobres e inequitativas de la región antes de la asunción de Evo Morales, aquí fue esencial la decisión de haber renegociado con las empresas petroleras “nacionalización de los hidrocarburos”, logrando un incremento sustancial de los ingresos fiscales, que a la vez permitió tener la capacidad económica suficiente para satisfacer e invertir en el área social, beneficiando sobre todo a los grupos más vulnerables de esta nación, logrando consigo mejorar la calidad de vida de los mismos. El escenario político cambio completamente, ya que las hasta entonces clases dominantes “económicas y políticas”, sucumbieron ante el liderazgo y carisma de Evo Morales, quién impulso una mayor inclusión indígena y a su vez una real participación ciudadana, lo que le valió junto al hecho de él ser indígena, una guardada venganza de estos otrora grupos de poder.

Es verdad que Evo quiso permanecer y empotrarse en el poder violando incluso la misma Constitución que fue por el propiciada y aprobada por la mayoría de ciudadanos, mala jugada para alguien que cree en la democracia, al final la tozudez e insistencia de Evo termino siendo enemigo de Evo, a pesar de tener a su lado a un gran Vicepresidente.

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