Diego Oquendo, los avatares del escritor

Bien conocido por su trabajo como periodista, Diego Oquendo Silva descubrió temprano su afán por la escritura de ficción. Un cuento esbozado a los 13 años, en horas de clase, le valió la reprimenda de su maestro sin saber que ese sería el primer triunfo en la prolífica obra del escritor. ‘Taita José’, así se llamaba el relato, fue ganador en un concurso intercolegial y, más tarde, publicado en la revista ‘Las letras del Ecuador’.

La anécdota de su joven incursión en la narrativa abre el libro de cuentos ‘Los pájaros prefieren volar en la tierra’ (2019), el primero en el género para Oquendo, quien se ha consagrado en las letras con su poesía.

Los 12 relatos que componen la antología propician el reencuentro del escritor maduro con sus preocupaciones de juventud (los más antiguos datan de hace más de 50 años). En ellos, se conserva la sensibilidad del poeta en imágenes que desbordan la realidad, como un maniquí enamorado o un par de amantes a los que les crecen alas.

El autor no deja de lado la oscuridad del ser humano, su ambición, su soledad y su fracaso, en historias conmovedoras que hablan del dolor, pero también, de manos que se aferran a la esperanza.

¿Qué fue lo que le impulsó a escribir narrativa?
Sentí desde mi primera niñez la necesidad de escribir. Cuando hablo de ‘necesidad’ me refiero a una vocación literaria que me sedujo desde que tuve uso de razón. Lector voraz, curioso a tiempo completo, cada novedad cotidiana despertaba en mí sensaciones intensas que solo podía definir apretando un lápiz sobre cualquier papel. Así surgieron mis primeros relatos. Luego fui afinando el estilo hasta producir textos más catalogables.

¿Por qué no vieron la luz sino hasta ahora?
El periodismo y sus avatares no me dieron respiro; la poesía me convocó insistentemente a transitar por su difícil y maravilloso camino, y una circunstancia inesperada, misteriosa, me obligó a marcar una larga pausa: desapareció de mi biblioteca una carpeta con 18 cuentos inéditos, salvándose un fólder con los 12 trabajos que constan en el libro. Tal vez alimentaba la esperanza de encontrar la obra perdida, a fin de editar un solo tomo de mi producción en prosa. El milagro jamás ocurrió.

Bien conocido por su trabajo como periodista, Diego Oquendo Silva descubrió temprano su afán por la escritura de ficción. Un cuento esbozado a los 13 años, en horas de clase, le valió la reprimenda de su maestro sin saber que ese sería el primer triunfo en la prolífica obra del escritor. ‘Taita José’, así se llamaba el relato, fue ganador en un concurso intercolegial y, más tarde, publicado en la revista ‘Las letras del Ecuador’.

La anécdota de su joven incursión en la narrativa abre el libro de cuentos ‘Los pájaros prefieren volar en la tierra’ (2019), el primero en el género para Oquendo, quien se ha consagrado en las letras con su poesía.

Los 12 relatos que componen la antología propician el reencuentro del escritor maduro con sus preocupaciones de juventud (los más antiguos datan de hace más de 50 años). En ellos, se conserva la sensibilidad del poeta en imágenes que desbordan la realidad, como un maniquí enamorado o un par de amantes a los que les crecen alas.

El autor no deja de lado la oscuridad del ser humano, su ambición, su soledad y su fracaso, en historias conmovedoras que hablan del dolor, pero también, de manos que se aferran a la esperanza.

¿Qué fue lo que le impulsó a escribir narrativa?
Sentí desde mi primera niñez la necesidad de escribir. Cuando hablo de ‘necesidad’ me refiero a una vocación literaria que me sedujo desde que tuve uso de razón. Lector voraz, curioso a tiempo completo, cada novedad cotidiana despertaba en mí sensaciones intensas que solo podía definir apretando un lápiz sobre cualquier papel. Así surgieron mis primeros relatos. Luego fui afinando el estilo hasta producir textos más catalogables.

¿Por qué no vieron la luz sino hasta ahora?
El periodismo y sus avatares no me dieron respiro; la poesía me convocó insistentemente a transitar por su difícil y maravilloso camino, y una circunstancia inesperada, misteriosa, me obligó a marcar una larga pausa: desapareció de mi biblioteca una carpeta con 18 cuentos inéditos, salvándose un fólder con los 12 trabajos que constan en el libro. Tal vez alimentaba la esperanza de encontrar la obra perdida, a fin de editar un solo tomo de mi producción en prosa. El milagro jamás ocurrió.

Bien conocido por su trabajo como periodista, Diego Oquendo Silva descubrió temprano su afán por la escritura de ficción. Un cuento esbozado a los 13 años, en horas de clase, le valió la reprimenda de su maestro sin saber que ese sería el primer triunfo en la prolífica obra del escritor. ‘Taita José’, así se llamaba el relato, fue ganador en un concurso intercolegial y, más tarde, publicado en la revista ‘Las letras del Ecuador’.

La anécdota de su joven incursión en la narrativa abre el libro de cuentos ‘Los pájaros prefieren volar en la tierra’ (2019), el primero en el género para Oquendo, quien se ha consagrado en las letras con su poesía.

Los 12 relatos que componen la antología propician el reencuentro del escritor maduro con sus preocupaciones de juventud (los más antiguos datan de hace más de 50 años). En ellos, se conserva la sensibilidad del poeta en imágenes que desbordan la realidad, como un maniquí enamorado o un par de amantes a los que les crecen alas.

El autor no deja de lado la oscuridad del ser humano, su ambición, su soledad y su fracaso, en historias conmovedoras que hablan del dolor, pero también, de manos que se aferran a la esperanza.

¿Qué fue lo que le impulsó a escribir narrativa?
Sentí desde mi primera niñez la necesidad de escribir. Cuando hablo de ‘necesidad’ me refiero a una vocación literaria que me sedujo desde que tuve uso de razón. Lector voraz, curioso a tiempo completo, cada novedad cotidiana despertaba en mí sensaciones intensas que solo podía definir apretando un lápiz sobre cualquier papel. Así surgieron mis primeros relatos. Luego fui afinando el estilo hasta producir textos más catalogables.

¿Por qué no vieron la luz sino hasta ahora?
El periodismo y sus avatares no me dieron respiro; la poesía me convocó insistentemente a transitar por su difícil y maravilloso camino, y una circunstancia inesperada, misteriosa, me obligó a marcar una larga pausa: desapareció de mi biblioteca una carpeta con 18 cuentos inéditos, salvándose un fólder con los 12 trabajos que constan en el libro. Tal vez alimentaba la esperanza de encontrar la obra perdida, a fin de editar un solo tomo de mi producción en prosa. El milagro jamás ocurrió.

Bien conocido por su trabajo como periodista, Diego Oquendo Silva descubrió temprano su afán por la escritura de ficción. Un cuento esbozado a los 13 años, en horas de clase, le valió la reprimenda de su maestro sin saber que ese sería el primer triunfo en la prolífica obra del escritor. ‘Taita José’, así se llamaba el relato, fue ganador en un concurso intercolegial y, más tarde, publicado en la revista ‘Las letras del Ecuador’.

La anécdota de su joven incursión en la narrativa abre el libro de cuentos ‘Los pájaros prefieren volar en la tierra’ (2019), el primero en el género para Oquendo, quien se ha consagrado en las letras con su poesía.

Los 12 relatos que componen la antología propician el reencuentro del escritor maduro con sus preocupaciones de juventud (los más antiguos datan de hace más de 50 años). En ellos, se conserva la sensibilidad del poeta en imágenes que desbordan la realidad, como un maniquí enamorado o un par de amantes a los que les crecen alas.

El autor no deja de lado la oscuridad del ser humano, su ambición, su soledad y su fracaso, en historias conmovedoras que hablan del dolor, pero también, de manos que se aferran a la esperanza.

¿Qué fue lo que le impulsó a escribir narrativa?
Sentí desde mi primera niñez la necesidad de escribir. Cuando hablo de ‘necesidad’ me refiero a una vocación literaria que me sedujo desde que tuve uso de razón. Lector voraz, curioso a tiempo completo, cada novedad cotidiana despertaba en mí sensaciones intensas que solo podía definir apretando un lápiz sobre cualquier papel. Así surgieron mis primeros relatos. Luego fui afinando el estilo hasta producir textos más catalogables.

¿Por qué no vieron la luz sino hasta ahora?
El periodismo y sus avatares no me dieron respiro; la poesía me convocó insistentemente a transitar por su difícil y maravilloso camino, y una circunstancia inesperada, misteriosa, me obligó a marcar una larga pausa: desapareció de mi biblioteca una carpeta con 18 cuentos inéditos, salvándose un fólder con los 12 trabajos que constan en el libro. Tal vez alimentaba la esperanza de encontrar la obra perdida, a fin de editar un solo tomo de mi producción en prosa. El milagro jamás ocurrió.

OBRA. El libro de Diego Oquendo contiene 12 cuentos breves de ficción.
OBRA. El libro de Diego Oquendo contiene 12 cuentos breves de ficción.
OBRA. El libro de Diego Oquendo contiene 12 cuentos breves de ficción.
OBRA. El libro de Diego Oquendo contiene 12 cuentos breves de ficción.
OBRA. El libro de Diego Oquendo contiene 12 cuentos breves de ficción.
OBRA. El libro de Diego Oquendo contiene 12 cuentos breves de ficción.
OBRA. El libro de Diego Oquendo contiene 12 cuentos breves de ficción.
OBRA. El libro de Diego Oquendo contiene 12 cuentos breves de ficción.

¿A qué retos se enfrenta al buscar su voz de narrador? ¿Qué virtudes de la poesía son herramienta para el cuentista?
Me considero un escritor con un oficio a cuestas. En consecuencia, no tengo dificultad en escribir en prosa o en verso. En mi condición de comunicador he dado a la luz varios libros sobre el género. Como columnista de algunos periódicos y revistas, mi pluma no ha conocido reposo. Estoy preparado para abordar cualquier desafío que me planteo como intelectual.

Con la Poesía –escribo el término con mayúscula-, comprendí que es fundamental captar el interés del lector desde la primera estrofa; que es obligatorio, además, ser transparente en el mensaje, auténtico, otorgándole a cada párrafo una hondura perdurable. Tales valores incorporé en mis cuentos.

¿Cómo se dio la evolución en sus preocupaciones estéticas y temáticas?
En mis creaciones hay una diversidad argumental que no obedece, precisamente, a lo que pudiera llamarse una ‘evolución’ en mis preocupaciones. Los motivos tuvieron su origen en una imaginación más bien fecunda, que se plasmó en historias que tienen un sentido, que debe ser descubierto por el lector. Nada queda al azar: cada letra, cada frase, cada nombre, cada identidad, cada señalamiento escénico responden a un código perfectamente habilitado. No quiero mostrar una falsa modestia: son cuentos bien escritos, originales, que no copian nada de nadie.

¿Se reconoce en todos los textos? ¿Hubo reescritura de los más antiguos o son reflejo del escritor que usted era entonces?
Absolutamente en todos. Los relatos no han sufrido enmienda alguna. Están allí, tal como nacieron. Casi todos ellos, en su momento, tuvieron un solo y único linaje. He sido un autor muy exigente conmigo mismo. Y claro, cada ficción refleja al escritor que fui en el instante de su advenimiento.

¿Seguirá escribiendo relato corto? ¿Qué otras facetas de usted como escritor nos quedan por descubrir?
Desde luego. Guardo en mis archivos una novela breve titulada ‘El amanecer sale dos veces’. Espero publicarla en plazo oportuno. En lo que se refiere a la segunda parte de su pregunta, le invito a que lea ‘Adivinanza y celebración de las cosas sencillas’, que recoge más de 50 poemas bajo la forma de adivinanzas. (AA)

FRASE

Me considero un escritor con un oficio a cuestas”. Diego Oquendo, periodista y escritor.

¿A qué retos se enfrenta al buscar su voz de narrador? ¿Qué virtudes de la poesía son herramienta para el cuentista?
Me considero un escritor con un oficio a cuestas. En consecuencia, no tengo dificultad en escribir en prosa o en verso. En mi condición de comunicador he dado a la luz varios libros sobre el género. Como columnista de algunos periódicos y revistas, mi pluma no ha conocido reposo. Estoy preparado para abordar cualquier desafío que me planteo como intelectual.

Con la Poesía –escribo el término con mayúscula-, comprendí que es fundamental captar el interés del lector desde la primera estrofa; que es obligatorio, además, ser transparente en el mensaje, auténtico, otorgándole a cada párrafo una hondura perdurable. Tales valores incorporé en mis cuentos.

¿Cómo se dio la evolución en sus preocupaciones estéticas y temáticas?
En mis creaciones hay una diversidad argumental que no obedece, precisamente, a lo que pudiera llamarse una ‘evolución’ en mis preocupaciones. Los motivos tuvieron su origen en una imaginación más bien fecunda, que se plasmó en historias que tienen un sentido, que debe ser descubierto por el lector. Nada queda al azar: cada letra, cada frase, cada nombre, cada identidad, cada señalamiento escénico responden a un código perfectamente habilitado. No quiero mostrar una falsa modestia: son cuentos bien escritos, originales, que no copian nada de nadie.

¿Se reconoce en todos los textos? ¿Hubo reescritura de los más antiguos o son reflejo del escritor que usted era entonces?
Absolutamente en todos. Los relatos no han sufrido enmienda alguna. Están allí, tal como nacieron. Casi todos ellos, en su momento, tuvieron un solo y único linaje. He sido un autor muy exigente conmigo mismo. Y claro, cada ficción refleja al escritor que fui en el instante de su advenimiento.

¿Seguirá escribiendo relato corto? ¿Qué otras facetas de usted como escritor nos quedan por descubrir?
Desde luego. Guardo en mis archivos una novela breve titulada ‘El amanecer sale dos veces’. Espero publicarla en plazo oportuno. En lo que se refiere a la segunda parte de su pregunta, le invito a que lea ‘Adivinanza y celebración de las cosas sencillas’, que recoge más de 50 poemas bajo la forma de adivinanzas. (AA)

FRASE

Me considero un escritor con un oficio a cuestas”. Diego Oquendo, periodista y escritor.

¿A qué retos se enfrenta al buscar su voz de narrador? ¿Qué virtudes de la poesía son herramienta para el cuentista?
Me considero un escritor con un oficio a cuestas. En consecuencia, no tengo dificultad en escribir en prosa o en verso. En mi condición de comunicador he dado a la luz varios libros sobre el género. Como columnista de algunos periódicos y revistas, mi pluma no ha conocido reposo. Estoy preparado para abordar cualquier desafío que me planteo como intelectual.

Con la Poesía –escribo el término con mayúscula-, comprendí que es fundamental captar el interés del lector desde la primera estrofa; que es obligatorio, además, ser transparente en el mensaje, auténtico, otorgándole a cada párrafo una hondura perdurable. Tales valores incorporé en mis cuentos.

¿Cómo se dio la evolución en sus preocupaciones estéticas y temáticas?
En mis creaciones hay una diversidad argumental que no obedece, precisamente, a lo que pudiera llamarse una ‘evolución’ en mis preocupaciones. Los motivos tuvieron su origen en una imaginación más bien fecunda, que se plasmó en historias que tienen un sentido, que debe ser descubierto por el lector. Nada queda al azar: cada letra, cada frase, cada nombre, cada identidad, cada señalamiento escénico responden a un código perfectamente habilitado. No quiero mostrar una falsa modestia: son cuentos bien escritos, originales, que no copian nada de nadie.

¿Se reconoce en todos los textos? ¿Hubo reescritura de los más antiguos o son reflejo del escritor que usted era entonces?
Absolutamente en todos. Los relatos no han sufrido enmienda alguna. Están allí, tal como nacieron. Casi todos ellos, en su momento, tuvieron un solo y único linaje. He sido un autor muy exigente conmigo mismo. Y claro, cada ficción refleja al escritor que fui en el instante de su advenimiento.

¿Seguirá escribiendo relato corto? ¿Qué otras facetas de usted como escritor nos quedan por descubrir?
Desde luego. Guardo en mis archivos una novela breve titulada ‘El amanecer sale dos veces’. Espero publicarla en plazo oportuno. En lo que se refiere a la segunda parte de su pregunta, le invito a que lea ‘Adivinanza y celebración de las cosas sencillas’, que recoge más de 50 poemas bajo la forma de adivinanzas. (AA)

FRASE

Me considero un escritor con un oficio a cuestas”. Diego Oquendo, periodista y escritor.

¿A qué retos se enfrenta al buscar su voz de narrador? ¿Qué virtudes de la poesía son herramienta para el cuentista?
Me considero un escritor con un oficio a cuestas. En consecuencia, no tengo dificultad en escribir en prosa o en verso. En mi condición de comunicador he dado a la luz varios libros sobre el género. Como columnista de algunos periódicos y revistas, mi pluma no ha conocido reposo. Estoy preparado para abordar cualquier desafío que me planteo como intelectual.

Con la Poesía –escribo el término con mayúscula-, comprendí que es fundamental captar el interés del lector desde la primera estrofa; que es obligatorio, además, ser transparente en el mensaje, auténtico, otorgándole a cada párrafo una hondura perdurable. Tales valores incorporé en mis cuentos.

¿Cómo se dio la evolución en sus preocupaciones estéticas y temáticas?
En mis creaciones hay una diversidad argumental que no obedece, precisamente, a lo que pudiera llamarse una ‘evolución’ en mis preocupaciones. Los motivos tuvieron su origen en una imaginación más bien fecunda, que se plasmó en historias que tienen un sentido, que debe ser descubierto por el lector. Nada queda al azar: cada letra, cada frase, cada nombre, cada identidad, cada señalamiento escénico responden a un código perfectamente habilitado. No quiero mostrar una falsa modestia: son cuentos bien escritos, originales, que no copian nada de nadie.

¿Se reconoce en todos los textos? ¿Hubo reescritura de los más antiguos o son reflejo del escritor que usted era entonces?
Absolutamente en todos. Los relatos no han sufrido enmienda alguna. Están allí, tal como nacieron. Casi todos ellos, en su momento, tuvieron un solo y único linaje. He sido un autor muy exigente conmigo mismo. Y claro, cada ficción refleja al escritor que fui en el instante de su advenimiento.

¿Seguirá escribiendo relato corto? ¿Qué otras facetas de usted como escritor nos quedan por descubrir?
Desde luego. Guardo en mis archivos una novela breve titulada ‘El amanecer sale dos veces’. Espero publicarla en plazo oportuno. En lo que se refiere a la segunda parte de su pregunta, le invito a que lea ‘Adivinanza y celebración de las cosas sencillas’, que recoge más de 50 poemas bajo la forma de adivinanzas. (AA)

FRASE

Me considero un escritor con un oficio a cuestas”. Diego Oquendo, periodista y escritor.