Educación emocional

Oswaldo Aguilera Ortíz

Países que apuestan a la educación como medio para alcanzar su progreso, realizan permanentes innovaciones a sus sistemas educativos e introducen en el currículo asignaturas como Educación Emocional, procurando que la educación formal ejerza, no sólo el papel de desarrollar cognitivamente al individuo, sino también de aportar condiciones para su desarrollo emocional.

La Educación Emocional es un proceso educativo, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la persona, con el objeto de capacitarle para la vida, y aumentar el bienestar personal y social.

Las cinco competencias emocionales básicas son: 1. La autoconciencia emocional, que permite identificar en qué estado emocional nos encontramos; 2. El autodominio emocional, que posibilita controlar nuestros impulsos; 3. La automotivación, referida a la capacidad de cada persona para establecer objetivos y lograrlos; 4. La empatía, entendida como la capacidad de entender a los demás; y 5. Las habilidades sociales, concernientes a la capacidad de influir, resolver conflictos y trabajar en equipo.

El currículo ecuatoriano debería incluir en sus programas la asignatura de educación emocional, para que a través del desarrollo de estas competencias, nuestros estudiantes aprendan a identificar sus estados de ánimo y disminuyan conductas sintomáticas que vienen siendo el denominar común en su comportamiento dentro y fuera del aula, como las adicciones, el abandono escolar, las depresiones, la promiscuidad, la violencia, el bullying, que hacen que caminen sin brújula, perdidos y desorientados. Si lográramos educarlos emocionalmente, otra sería su realidad.

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