Trabajadores de Furukawa paralizan labores para exigir pagos

Situación. Los trabajadores dijeron que van a permanecer en el lugar hasta recibir una respuesta.
Situación. Los trabajadores dijeron que van a permanecer en el lugar hasta recibir una respuesta.

Alexander Quiñónez tiene 15 años trabajando para la empresa Furukawa, según comenta su esposa también trabaja con él. Entre los dos, mensualmente logran ganar unos 320 dólares.

Ellos viven en el campamento de la hacienda Vilma C, kilómetro 33 de la vía Santo Domingo-Quevedo. Tienen dos hijos, los niños no viven con ellos, pues él le pasa casi la mitad del sueldo a su suegra para que ella los cuide en Santo Domingo. Alexander no quiere que sus hijos también trabajen en la abacalera “quiero que ellos estudien, que tengan oportunidades porque nosotros ahora no tenemos nada”.

El esfuerzo que ha hecho durante todos estos años junto a su compañera de vida cree que ya es hora que sea reconocido, por eso, él junto a unas 60 personas se apostaron desde el lunes de esta semana en los exteriores de la bodega de la empresa abacalera, ubicada en el kilómetro 37 de la misma arteria vial. Los trabajadores han paralizado sus actividades para llegar hasta el lugar y pedir que se les pague la liquidación por los años de trabajo.

Más

Varias son las historias en el sitio, niños que no han estudiado, que desde pequeños han aprendido el oficio, jóvenes que aprendieron la actividad viendo a sus padres, adultos mayores que quieren pasar su vejez tranquilos, mujeres que deben trabajar para sacar adelante a sus hijos y más.

Historias como la de Arison Briones, quien perdió una de sus piernas. Explica que tiene 15 años trabajando para la empresa pero estaba sin seguro, un día en la maquinaria que operaba perdió su extremidad inferior izquierda y desde ahí está asegurado. Sin embargo, comenta que no ha recibido ninguna indemnización tiene a sus hijos estudiando y pide que se reconozca su trabajo y la discapacidad que adquirió. (VG)

Inspección

El pasado 6 de septiembre autoridades nacionales llegaron hasta los campamentos 33 y 42 de la vía Santo Domingo-Quevedo, en este último no se les permitió el paso, ingresaron a pie y luego de estar en el sitio dijeron que “se evidencia la vulneración de derechos”.

Frases

“A mi mujer no más le han dado una parte, a mi no me han dado nada, por eso estamos aquí y nos quedaremos para exigir nuestros derechos”. José Preciado Trabajador del km 33

“No nos acogimos al convenio porque creemos que no es favorable, uno debe trabajar, venderles la finca a ellos mismos y no nos queda nada, por eso pedimos nuestra liquidación”. Manuel Torres Trabajador del km 33

“No hemos tenido beneficios en salud, ni educación por eso ya no pensamos aguantar más”. Carlos Alberto Proaño Trabajador del km 33