DIANA LUZURIAGA VERA
Ciudades sin reinas es la campaña que han emprendido varias organizaciones a nivel país, pues los reinados de belleza en los últimos días se han convertido en tema de debate. En torno a las posturas a favor y en contra, los Concejos Municipales tienen una seria tarea. Se dice que en los reinados se resalta la belleza de la mujer, es un evento que convoca a la sociedad a ser partícipes de la elección de la más bella e inteligente de las candidatas, quien por 12 meses actuará en obras sociales a través del Patronato.
¿En realidad es así? Si profundizamos sin apasionamientos de ningún tipo surgen ciertas preguntas ¿cuál es el costo-beneficio social de estos certámenes?, ¿cuánto recurso público proveniente de nuestros impuestos se invierte cada año para llevar a cabo un evento que dura unas horas?, ¿se justifica ese gasto en obras realizadas por la reina?, ¿ese recurso podría destinarse a obras como una casa de acogida para mujeres víctimas de violencia?, ¿estamos representando nuestra belleza natural o hemos caído en una suerte de “copia” de estándares internacionales, para los cuales las jóvenes participantes casi por regla general tienen que recurrir a cirujanos para lograr encajar en los requerimientos?.
Es importante que como ciudadanos nos interesemos sobre todo lo relacionado con la construcción de sociedad y la utilización de nuestros recursos, en el presente caso nuestras autoridades deberán resolver si dejan todo tal cual, eliminan los concursos o le dan otro enfoque a la elección resaltando valores más auténticos que realmente nos representen como mujeres; y qué pasa con los sectores privados interesados en los certámenes, deberían asumir en su totalidad gastos?. ¿Qué opinan?.