El 80 por ciento de la población mundial ha sufrido alguna vez de lumbalgia.
La lumbalgia es un dolor localizado en la parte baja de la espalda, generalmente entre los márgenes inferiores de las costillas y los pliegues de las nalgas.
Este síntoma es bastante común en la actualidad, muchas veces causado por el sedentarismo, la obesidad o por tener un espacio inadecuado para laborar.
Glenda Guerrero, fisioterapeuta del Hospital General IESS Santo Domingo, manifestó que “hablar de lumbalgia ocupacional es muy importante porque puede causar diferentes grados de discapacidad y es una de las primeras razones para el absentismo laboral, afectando no solo a las personas sino también a la economía pues con este dolor se dificulta el trabajo”.
¿Qué la causa?
La lumbalgia es de tipo mecánico, causada por la sobrecarga postural o funcional. En lo que corresponde al área ocupacional, puede presentarse por la ausencia de pausas activas, por espacios inadecuados para laborar, por cargas excesivas o posturas repetitivas.
Las manifestaciones más comunes de la lumbalgia son el dolor local o irradiado, la inflamación y la presencia de contracturas musculares. Por otra parte, según el grado de afectación se pueden producir alteraciones de la sensibilidad y del movimiento.
Para evitarlo, Guerrero recomienda un estilo de vida saludable: alimentación adecuada y ejercicio físico, mismos que deben ser personalizados.
Una de las medidas que se aconseja es la de evitar el reposo en la cama, si es posible, pues existen estudios que demuestran que esta medida retrasa la recuperación.
Servicio
El área de Fisiatría de esta unidad médica, incluyendo el personal del Centro Médico Integral Geronto Geriátrico, cuenta con 23 tecnólogos médicos de rehabilitación y terapia física, dos médicos especialistas en Medicina Física y Rehabilitación y un médico especialista en Deportología.
Cuatro fases Tratamiento
- Controlar la intensidad del dolor.
- Mejorar la elasticidad del paciente.
- Cuando ya no hay dolor se incrementa la fuerza.
- Prescripción del ejercicio físico para prevenir.
Ejercicios
Inicialmente pueden intentar actividades suaves y genéricas, como caminar o nadar, para evitar que se debilite la musculatura. Más tarde pueden iniciarse ejercicios específicos para la espalda.
Una vez ha pasado el episodio doloroso, el ejercicio y la higiene postural disminuyen el riesgo de que aparezca o se reproduzca una crisis.